EL HOMBRE QUE NUNCA EXISTIÓ

 LAS CARAS OCULTAS DE HUELVA EN LA II GUERRA MUNDIAL
William Martin
El hombre que nunca existió
DIEGO LOPA GARROCHO
Colección Experiencias
El autor ante la tumba de William Martin

Diego Lopa Garrocho
Luces y sombras sobre la tumba de William Martin
El hombre que nunca existió
Conferencia
Presenta: J. Fernández Jurado
Centro de visitantes “Puerta del Atlántico”


PAUL STRAND

PAUL STRAND
Exposición · junio 2015
SALA DE EXPOSICIONES BÁRBARA DE BRAGANZA nº 13
FUNDACiÓN MAPFRE

La itinerancia internacional de esta exposición ha sido organizada por et Philadelphia Museum of Art en colaboración con FUNDACIÓN MAPFRE y ha sido posible gracias a Terra Foundation for American Art.

Escritores por Ciudad Juárez

Encuentro de Escritores en Ciudad Juárez

En 2011 un grupo de escritores comprometidos con la paz en la frontera de México (estado de Chihuahua) convocaron el "Encuentro de Escritores por Ciudad Juárez", encuentro que nos acercó allá donde la palabra era más necesaria, donde la violencia devoraba los sueños colectivos. Se buscó recuperar los espacios públicos, secuestrados por el miedo y provocar la convivencia donde se imponía el lenguaje de las armas. La experiencia fue intensa y gratificante, aún cuando se trataba de percibir una realidad muy dura y violenta, que en ocasiones nos parecía lejana y ajena, pero que nos comprometía por igual a quienes entendemos que la violencia es siempre una agresión a la conciencia individual y colectiva. En 2012 se lanzó una convocatoria, que consistía en organizar recitales y lecturas en distintas ciudades del mundo, coincidiendo con la celebración del “Encuentro de Escritores en Ciudad Juárez”. Escogimos esta ciudad fronteriza y multicultural, como icono de todos los pueblos y ciudades que necesitan el aliento y la esperanza de un tiempo mejor. La primera edición de estas lecturas solidarias fue el 1 de septiembre de 2012, y a ella se sumaron grupos y personas en 131 lugares de 24 países. Ahora se convoca por cuarto año las lecturas el VIERNES 2 DE OCTUBRE DE 2015, de manera simultanea bajo un mismo cartel: “Escritores por Ciudad Juárez", con libertad sobre donde hacerlo: casas particulares, plazas públicas, librerías, teatros, escuelas, centros culturales, etc., del tiempo de duración y del número de participantes. Las reseñas y las fotos de los actos que nos hagáis llegar las pasaremos al blog: 
escritoresporciudadjuarez.blogspot.com

POESÍA EN HEBREO


POESÍA CONTEMPORÁNEA EN LENGUA HEBREA
(Antología)
Libros del Aire / Col. Jardín Cerrado
Pról. Leonardo Senkman
Ed. y trad. Luisa Futoransky
Marta Teitelbaum

"Esta obra es una muestra, un caleidoscopio confeccionado con trece voces (Jaim Guri, Dan Paguis, David Avidan, Dalia Ravicovich, Ahron Shabtai, Yona Wollach, Agui Mishol, Naim Araidi, Ronny Someck, Salman Masalha, Admiel Kosman, Yudit Shahar, Sara Friedland Ben Arza), vidrios esmerilados y coloridos del complicado damero que es la poesía en hebreo de hoy, en la que siempre soplan airados vientos levantinos, donde la muerte no es una intrusa sino una compañera no siempre silenciosa que fisgonea a nuestro lado y sobrevuela la casa del vecino”.

Editorial.

FREUNDLICH

FREUNDLICH
Composición, 1930
Musée de Saint–Etienne
Ródano-Alpes. Francia

Diccionario de la Lengua Española






presentación del
Diccionario de la Lengua Española
Participan
D. Darío Villanueva, Director de la Real Academia Española
D. Gerardo Piña-Rosales, Director de la Academia Norteamericana de la Lengua Española
D. Jorge Ignacio Covarrubias, Secretario de la ANLE
D.ª Nubia Macías, Directora Grupo Planeta, México
27 mayo 2015 · 7 tarde · Instituto Cervantes · Nueva York
  
Academia Norteamericana de la Lengua Española (Nueva York), Instituto Cervantes (NY), Editorial Espasa Calpe 
Madrid), Real Academia Española (RAE) (Madrid) Editorial Planeta

Retablillo del aprendiz y el maestro

Manuel Garrido Palacios
Retablillo del aprendiz y el maestro
Ed. El Pirata · Fuenteheridos

Pieter Brueghel

Torre de Babel (1563)
Pieter Brueghel

Cedeira

Cedeira


Mientras escribo llueve en Cedeira y se hace mágica la visión del campo brillante, del mar bravío, de cuanto envuelve el agua como en una ablución total para purificar el ambiente. Desde la Iliada al Evangelio los textos de todos los tiempos y países hablan de este ritual. La ablución es un medio natural y mágico de apropiarse de la fuerza invisible del agua. Natural porque limpia. Mágico porque si limpia, sana. En Galicia el agua es consustancial al paisaje, sea costero: Atlántico y Cantábrico, o fluvial: el Tambre, el Sil, el Miño, deificados en la antigüedad, donde se bañaban niños para preservarlos o curarlos de males. En el río Lufo el rito consistía en sumergirlo vestido tres veces, tras de lo cual se dejaba la camisa flotando. Si quedaba arriba, el niño sanaba; si se hundía, no. El río Limia es el Leteo gallego. Los romanos creían que su agua producía el olvido. En otras aguas se sumergía la gente la noche de San Juan, previo a colgar en la rama de un roble la ropa, en la creencia de que se mantendrían sanos hasta el siguiente San Juan. Los ríos-dioses eran alimentados con pan y grano por si hambreaban, y en sus fondos hurgaba la imaginación buscando seres mágicos, maravillosos, tesoros ocultos, vida, en suma, menos desabrida que la de la escueta realidad. Los ríos eran seres vivos: el nacimiento era la cabeza, el curso, el cuerpo, los afluentes los miembros y la desembocadura la muerte. Una costumbre cerca de Tuy consiste en poner en las aguas del río una cestilla con la ropa del niño enfermo y una vela encendida. Según la llama permanezca o se apague así será la curación o no. Agua para la «comancia» era aquella que usaban las mujeres nuevas para saber su porvenir en amores: se echaba agua en un recipiente y sobre ella un huevo cascado. Según la forma que tomara, así era el perfil del futuro amante. El agua del rocío en las flores era buena para males de la piel, y con aguas dejadas al recencio sanaban los niños engenidos; al alba se llevaba el crío a una fuente de las que no se secan y la ropa mojada se tiraba tras el laveteo; con ella se iba el mal. Igual que se curaban otros males con aguas tomadas noches nones seguidas. En Galicia existe la creencia de que es bueno dejar al ganado al relente, o al orballo la noche de San Juan, pues con ello se le evita al animal el mal de ojo, o verla correr limpia para que los niños curen de la tos ferina. Aguas cuajadas de virtudes, santas donde las haya, para lavar manos, pies, pechos, cuerpos enteros. Augas Santas que se llevan en su corriente males de ojo, de viento, dolores, fiebres, sinsabores de alma, tristezas. Cierto zahorí, en vez de la vara de avellano se fiaba de los síntomas de su cuerpo: si sentía una molestia en los testículos es que barruntaba agua en la zona, cosa que llegaba a dolor irresistible al ponerse encima de la capa freática.
Todo esto me sugiere el agua de vida que se posa dulce sobre Cedeira, pueblo que veo tras la ventana.

© Manuel Garrido Palacios
© Foto mgp

El vino en la mentalidad popular

VI SIMPOSIO SOBRE LITERATURA POPULAR
“El vino en la mentalidad popular”

URUEÑA  (Valladolid) 10, 11 y 12 de julio de 2015

Organiza:
Fundación Joaquín Díaz

Lugar:
Heredad de Urueña

Colaboran:
Junta de Castilla y León: Consejería de la Presidencia. Diputación de Valladolid. Heredad de Urueña.
Cátedra de Estudios Sobre la Tradición

Matricula: gratuita para los socios de Amigos de la Fundación Joaquín Díaz (30 € para no asociados): info@funjdiaz.net

PROGRAMA

Viernes, 10 de julio
20,00. Recepción a los participantes en la Fundación

Sábado, 11 de julio
10,00: Inauguración del Simposio y entrega de documentación
10,30: Manuel Garrido Palacios: “Beber para ver. Algo de lo que se dice o se canta sobre el vino”
12,00: Arturo Martín Criado: “Palabras y cosas de la viticultura en Castilla y León”
16,30: Juan José Prat: “Cuentos sobre el vino en la tradición popular”
17,30: Salvador García Castañeda: “Las Aleluyas y el vino”
18,30: José Julián Labrador: “El humanista Diego Gutiérrez Salinas y su tratado de enología (1600)”

Domingo, 12 de julio
10,30: Luis Resines: “Vino sagrado y consagrado” 
12,00: Ignacio Sanz: “El humor en los brindis de vino”

SIMPOSIO: El vino en la mentalidad popular

VAN GOGH ··· ··· ··· ··· ··· ··· ··· CEZANNE

 
Vincent van Gogh (1853-1890)
UNE TUILERIE
The Courtauld Gallery



CEZANNE, PAUL (1839-1906)
Still Life with Apples, Bottle and Chairback
The Courtauld Gallery

Mark Twain

LOS DIARIOS DE ADÁN Y EVA
Mark Twain
Traducción: Gabriela Bustelo
Ilustraciones: Sara Morante 
Editorial Impedimenta

El artista del fuego

El artista del fuego
© Foto Héctor Garrido

Este hombre se levanta a una hora y se acuesta a otra, como todo el mundo. La diferencia es que mientras unos van al despacho o a la tienda, él se sitúa en mitad de una calle cualquiera, que es su taller, enciende una antorcha, que es su herramienta, y se lanza a comer fuego, que es su verdad. Enseguida se forma un corro de gente en torno suyo y alguna mano deja resbalar monedas en la lata que tiene como caja abierta, clara, transparente, a la vista del primer inspector que asome. Este hombre las recoge a cada trecho de tiempo, las guarda, descansa unos instantes y de nuevo emprende el ritual del fuego. Así durante horas, años, toda una vida. Una eternidad. Este hombre no habla, no llama al ciudadano para prometerle que va a ver cosas maravillosas, trascendentales, únicas, aunque lo sean. Se limita a hacer notar con su trabajo que el fuego que de verdad le quema la entraña no es ese que muestra, sino el del hambre, que nadie quiere ver. Y para ello pone, no su mano, sino todo su cuerpo a merced del fuego escénico, seguro de no quemarse por dentro más de lo que lo está por fuera. En su rostro se aprecian surcos de otras quemazones, como la del paro, siempre unida al sueño de ser contratado un día para algo menos ardiente y espectacular; más templado. Una parte de la gente que pasa se sorprende de ver cómo el fuego penetra en su boca y sale de ella sin que se queje, ni reclame, ni presente parte de lesiones. Son los que aplauden. Otros, más escépticos, apuntan a media voz que es un engaño. Es cuando este artista del hambre alcanza toda su dimensión al ceder a los que dudan de su trabajo el sitio y la antorcha para que comprueben la verdad y la mentira de lo que él expone públicamente. En tal caso, los críticos, rabo entre las piernas, sin más tocino en la olla, se esfuman a lomos del silencio. Más de uno de los que se paran a mirarlo quisiera poner la mano en el fuego por sacar «su» verdad adelante, como si fuera «la» verdad universal. Y ya que se trata de la Verdad con mayúscula, la mano no sufriría. Pero el pensamiento muere en la intención, a veces en la bravata, y a este hombre le gustaría ver al valiente plantar la mano en el fuego por aquello en lo que cree, aunque tuviera que salir de estampida hacia el Hospital a golpe de alarido. Quien no se quema es él, quizás porque lo que hace no lleva tintes imaginarios, ni promesas de mejorar, ni redenciones, ni futuros esperanzadores, ni ambiciones más allá de la de un palo que aguanta su vela; porque lo que lo lleva a jugar con el fuego es, simplemente, sobrevivir.  Poner en tela de juicio el comportamiento ajeno es práctica habitual, deporte gratuito dentro del catálogo humano de las miserias, sea fuego o nieve lo que esté en la palestra. Lo cierto es que en este circo ambulante de la Humanidad, donde todos somos a la vez actores en la pista y espectadores en la grada, parece chocar a muchos la actuación pública de un hombre que pone, no la mano, sino todo su ser en el fuego, y no se quema. 

© Manuel Garrido Palacios


San Gimignano

San Gimignano


Entro en San Gimignano de mañana por la puerta amurallada de San Giovanni y estreno asombro ante este pueblo, fundado por los etruscos en el s. III a.C., que toma su nombre actual en el siglo X del obispo Geminiano, que lo defiende de los hunos de Atila. Patrimonio de la Humanidad desde 1990, este asentamiento en las colinas toscanas, a un rato de Siena o de Florencia, es un excepcional testimonio de la arquitectura medieval. Las familias pudientes de la época rivalizan en poseer la torre más alta, señal de su poder, torre que a su vez sirve de bastión y de parada y fonda para los peregrinos que van a Roma por la Vía Francígena. Conserva 15 torres de las 72 que tuvo, y cuatro plazas: Cisterna, Duomo, con su Colegiata -antes catedral- 
Pecori y Erbe. La iglesia de San Agustín guarda una generosa muestra del arte renacentista italiano, al igual que el Palacio Municipal –ayer sede del Podestá-, con su colección de obras de Pinturicchio, Gozzoli, Lippi, di Michelino o Pier Francesco Fiorentino, aparte de una Maestà pintada al fresco por Memmi y la Torre Grossa, que supera el medio centenar de metros de altura. El pueblo, cruzado de principio a fin por las vías principales de San Matteo y San Giovanni, se independiza en 1199 de los obispos de Volterra y, aunque le afectan las diferencias entre güelfos y gibelinos, consigue preservar lo que puede de su arquitectura y de su arte. Cuentan que el 8 de mayo de 1300 aloja a Dante Alighieri como representante de la Liga güelfa en Toscana. En 1348, la Peste Negra lo hace someterse a Florencia. En el siglo XIII le nace Santa Fina, o Serafina (aún permanece en pie la casa en la que dicen que vivió). Me indican que vaya al Museo de la Tortura para que vea los inventos del hombre para hacer sufrir. (Recuerdo que en España, en un pueblo de Cáceres: Garganta la Olla, tenía uno don Antonio Gómez, que reunió un buen número de instrumentos de la comarca). Ya digo, entro por la mañana en San Gimignano y al caer la tarde paso al cuaderno esta breve nota en una torre desde la que contemplo el campo toscano y un horizonte al que jamás se llega.

© Manuel Garrido Palacios

Zingonia Zingone

Zingonia Zingone
Los naufragios del desierto
Vaso Roto / Poesía

Elise Plain

PAN PARA LA PRINCESA
Elise Plain
Prólogo: Maite Dono
Epílogo: Estíbaliz Espinosa
Ilustración: Rocío Arana
El Gaviero Ediciones

Brainstorming azul, de plata y purpurina salida. Elise.
En Elise vale todo. 
Todo no es un conjunto, es cada palabra.
Elise fue Mattisse y fue Picasso en su etapa azul. 
El pan de la princesa era un mendrugo duro
con sabor a comida francesa. 
Es Amelie hundiendo los dedos en las legumbres.
Hace falta mirarse dentro y destapar truenos y hadas,
y romper la tapa de un volcán, eres tú. 
Elise te abre, y es tallo y es hoja,
y pétalos, y aquellas partes de la flor
que aprendí en la escuela.

© María del Mar Domínguez

POETAS DEL SUR DE EUROPA (III)

JUAN RAMÓN DE FONDO

Tengo por uno de los poemas más bellos que se hallan escrito jamás el que el poeta siente como Viaje Definitivo. Dice así:

Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando,
y se quedará mi huerto con su verde árbol,
y con su pozo blanco.

Todas las tardes el cielo será azul y plácido,
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.

Se morirán aquellos que me amaron,
y el pueblo se hará nuevo cada año,
y en el rincón de aquel mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará, nostálgico.

Y yo me iré, y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando.

En 1986, recién salido a la luz tras una ceguera de meses, fue el poema el que me llevó a rodar la película ‘Juan Ramón de fondo’ (55 min.) para una de las series televisivas en las que andaba inmerso en ese momento: La Duna Móvil. Reuní para ello a poetas locales y, sin salir del ámbito de Moguer, procuré dejar en el celuloide una visión de Juan Ramón Jiménez en las voces de los que participaron: nombraré a los que ya no viven: Figueroa, Feria, Arcensio o Abelardo. Rodé libre de prejuicios, ajeno a las diferencias que existían entre ciertos poetas; me refiero a ese incesante ‘que si tú que si yo’ destructivo capaz de dar al  traste con una energía que quizás produciría fruto más noble de mediar la elegancia y no la acidez, la voluntad y no las neuras revueltas. Mi idea era integrar a representantes de todos los grupos, sin importarme lo que A tuviera contra B, C o Z y viceversa (¡qué cruz!), con idea de hacer una breve antología filmada del momento poético en el ámbito juanramoniano. La película se hizo, aunque, salvando honrosas excepciones de saber estar, que no abrieron el pico en todo el rodaje ni para bien ni para mal- recibí presiones constantes sobre a quién tenía que ‘sacar’ en el film y a quién no ‘porque patatín patatán’, llegando alguno al punto de decirme que no lo pusiera ‘al lado de mengano o de sutano’. Por supuesto, no lo puse ‘al lado’, sino frente por frente, con lo cual solventé el absurdo capricho. Mi equipo y yo habíamos visto a mucha gente rara por esos mundos, pero no tanto por tan poca cosa. Incluso otro alguien, o el mismo, se atrevió a plantearme que ‘si venía fulano, él se iba’. Harto de tanta miseria, le respondí: ‘Pues vete’. No se fue, claro.
Ahora que se homenajea al Nobel -precisamente con el título de la película: Juan Ramón de fondo, aunque sin nombrarla, claro- he querido tomar esta nota que me ha venido a la mente como breve recuerdo de aquel trabajo. La memoria hace su balance y ve que, de entonces acá, poco han cambiado los protagonistas; unos han permanecido en su sitio, con una integridad que emociona, y otros, no sólo han seguido el camino ya marcado entonces por la soberbia y la estupidez, sino que lo han superado con creces, posiblemente porque les dio tiempo para ensayar.
Ando en tratos para hacer una segunda parte del apasionante mundo  juanramoniano. En principio, y vista la experiencia, se rodaría en Puerto Rico con poetas y testimonios de allá y contaditos de acá. Juan Ramón Jiménez merece ese respeto.

ALMUTAMID



Abro la carpeta en la que llevo poemas de Almutamid (1040-1095) traducidos por Emilio García Gómez y leo uno:

El relámpago la asustó
cuando en su mano
el relámpago del vino resplandecía.
¡Ojalá supiera cómo,
si ella es el sol de la mañana,
se asusta de la luz!

En el ferry que cruza a Tánger desde Algeciras viajan tres muchachas que van por primera vez a Marruecos, según sus palabras, mientras ven esta unión de un mar y un océano en todo su esplendor. Sigo leyendo:

En sueños tu imagen
presentó a la mía, mejilla y pecho;
recogí la rosa y mordí la manzana;
me ofreció los rojos labios y aspiré su aliento:
me pareció que sentía el olor a sándalo.
Ojalá quisiera visitarme cuando estoy despierto
Pero entre nosotros pende el velo de la separación:
¿Por qué la tristeza no se aparta de nosotros,
por qué no se aleja la desgracia?

Supongo que el trayecto sobre unas aguas revueltas hoy en el Estrecho lo van a hacer acomodadas en el interior del buque, igual temiendo mareos o por pura timidez ante este acontecimiento que van a vivir, pero pronto rompen con ello, salen a cubierta, se apoyan en la baranda y el miedo a lo desconocido lo cambian por un cálido y contagioso entusiasmo. 

Es un antílope
por su cuello,
una gacela por sus ojos,
un jardín de arriates
por su fragancia,
una rama de sauce
por su talle.

Les digo que no es poco pasar a otra cultura, a otros sabores, a otros aromas, a otra lengua cruzando el agua, donde no existe transición posible, sino un corte a tajo. Por si no fuera suficiente, saltan delfines a babor como si quisieran infundirles confianza o les dieran la bienvenida, y las tres muchachas los señalan, les gritan, intentan retratarlos para retener la magia del momento. Todo les sorprende, de todo disfrutan, todo lo celebran, todo lo viven. Continúo el poema de Almutamid:

El corazón persiste y ya no cesa;
la pasión es grande y no se oculta;
las lágrimas corren como las gotas de lluvia,
el cuerpo se agosta con su color amarillo;
y esto sucede cuando la que amo a mí está unida:
¿Qué sería, si de mí se apartase?


Su capacidad de admiración parece que se ensancha; hasta les brillan lágrimas de tanta emoción junto a la frase inevitable: ‘Creí que nunca vería esto’. Quien ya pasó por este camino comparte el sentir.

Te he visto en sueños en mi lecho,
y era como si tu brazo mullido fuese mi almohada;
era como si me abrazases, y sintieses
el amor y el desvelo que yo siento;
era como si te besase los labios, la nuca,
las mejillas y lograse mi deseo.
¡Por tu amor! Si no me visitase tu imagen,
en sueños, a intervalos, no dormiría más.

Me preguntan por el motivo de mi viaje. Les digo que voy a Agmat a un encuentro con gente que escribe poesía, que la recita, que la escucha, que la saborea sin más y que, algunas veces, la saca en libros. Se ha escogido Agmat como marco por estar allí las tumbas de Almutamid, Rumaiquiya y una de sus hijas:

¡Oh mi elegida entre todos los seres humanos!
¡Oh estrella! ¡Oh luna! / ¡Oh rama cuando camina,
oh gacela cuando mira!
¡Oh aliento del jardín, cuando
le agita la brisa de la aurora!
¡Oh dueña de una mirada lánguida
que me encadena!
¿Cuándo me curaré? ¡Por ti daría la vista y el oído!
Tu frescor aliviaría
la oscuridad de mi corazón.

Ya en tierra, camino de Agmat, les sugiero que recalen en Tánger, Assilah, Larache, Bolubilis, Fez, Xauen o Marrakech, que ofrece la sensación de asistir al latido maravilloso  de la Plaza del Fna, o Asamblea de muertos, y se diluyan en el laberinto de la Khasba, donde colores y aromas envuelven y encantan.

Tres cosas impidieron que me visitara
por miedo al espía y temor del irritado envidioso:
la luz de su frente, el tintineo de sus joyas
y el fragante ámbar que envolvía sus vestidos.
Supón que se tapa la frente con la amplia bocamanga
y se despoja de las joyas,
más ¿qué hará con su aroma?

Las tres muchachas, tras haber visto el mar por primera vez, se interesan por Almutamid y deciden seguir hasta Agmat para integrarse en la reunión de gente que hace poesía, que la canta, la recita, la ama.

Dos mujeres escapadas de un libro sagrado sacan agua de un pozo de brocal de piedras situado en el camino de Settat, cerca de Marrakech. Ambas tiran de la cuerda que eleva el cubo rebosante, como si ensayaran el ritual de un ritmo, el de la vida, por ejemplo. La carrucha herrumbrosa cuelga de un trípode de palos; madera que se curva a cada esfuerzo sin que en siglos se haya roto. O se ha roto pero a mí me gusta que no se haya roto. Se queja. En tortuoso camino veo un accidente de autobús en una curva. Se hace lo que se puede hasta que las ambulancias lleguen. Coloco la cabeza sangrante de una anciana sobre un cartón y la cubro con otro para evitar que la llovizna le empape el rostro.
Los que pueden hablar cuentan entre ayes que el vehículo resbaló con el agua, volcó, dio vueltas cuesta abajo y la gente rompió con sus cuerpos los cristales de las ventanillas. Ahora yacen sobre la hierba o lloran sentados en las rocas que flanquean la triste visión del suceso. El autobús humea con las ruedas hacia arriba. Alguien dice que nos apartemos todos por si explota. Es el cuadro de la indefensión humana. Las mujeres escapadas del libro sagrado me ven parar luego junto a ellas y me preguntan qué ha ocurrido allá lejos que no cesan de venir ambulancias. Les digo lo que acabo de contar y les pido de beber. Me dan un cucharro de corcha para que me sacie. Resuena en mi memoria mi pueblo de Alosno y su copla siempre a punto:

Dame agua de tu noria
que vengo muerto de sed.
Jesucristo, por beber,
le dio a una mujer la Gloria;
yo te voy a dar mi querer.

Haimas repletas de objetos de barro se alinean en otros  tramos del camino. Si paro, compro. Seguro. La habilidad de los mercaderes anula la que uno cree tener para el regateo. Pero si no les discutes es peor. No te aprecian como comprador. El equilibrio, según Mohamed, está en esto: de lo que te pidan por un tiesto lo divides por la mitad y ahí empieza el tira y afloja. Será difícil marchar de vacío. El tope es cuando te ofrezcen otra cosa desviando tu atención del objeto que deseas. Ahí tienes que decidir.
Luego de tanto trote llego a la tumba de Almutamid, en Agmat. Ya vine hace unos meses con ocasión de rodar un documental sobre él, Rumayquiya (Itimad) y la hija que duerme eternamente junto a ellos. Las tres tumbas están en el Mausoleo que cuida Ait Zaouit Abdelkrim, que recita fragmentos de poemas de Almutamid Ben Abbad como si el poeta muerto reviviera en su voz emocionada. Los versos están escritos en árabe en el zócalo que adorna el recinto, templo levantado en honor de la Poesía, que abre sus puertas al nacimiento del Sol. Aparte de lo escrito en los muros parece flotar un eco de Rumayquiya diciendo aquellos versos finales: ‘Ya estoy para siempre junto a él. Dejadme en paz’.

© Manuel Garrido Palacios
© Fotos MGP.

MANUEL DURÁN

MANUEL DURÁN
PREMIO NACIONAL “ENRIQUE ANDERSON IMBERT” 2015
OTORGADO POR LA ACADEMIA NORTEAMERICANA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

NUEVA YORK. Manuel Durán, profesor emérito de la Universidad de Yale, gana el Premio Nacional “Enrique Anderson Imbert” 2015 otorgado por la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE).
Este Premio reconoce la trayectoria de vida profesional de quienes han contribuido con sus estudios, trabajos y obras al conocimiento y difusión de la lengua y las culturas hispánicas en los Estados Unidos.
El jurado fundamentó su decisión señalando “su ejemplar fecundidad poética y ensayística, su trayectoria educativa como investigador, crítico y profesor universitario e impacto general en el mundo de las letras para el conocimiento y difusión del idioma y las culturas hispánicas en los Estados Unidos, además de constituir una vida ejemplar por su extraordinario esfuerzo de superación desde las condiciones más adversas”.
El premio se concede a personas residentes de los Estados Unidos y consta de un diploma y una medalla conmemorativa.
Los ganadores de las tres ediciones anteriores fueron Elias Rivers, catedrático emérito de la Universidad del Estado de Nueva York en Stony Brook (2012), Saúl Sosnowski, profesor en el Departamento de Español y Portugués en la Universidad de Maryland (2013) y Nicolás Kanellos profesor de estudios hispánicos en la Universidad de Houston y director de Arte Público Press (2014).
El director de la ANLE, Gerardo Piña-Rosales, declaró: “El Jurado desarrolló una excelente y difícil labor pues en esta edición los finalistas contaban con historiales distintos, todos ellos meritorios. No me cabe duda de que Manuel Durán, como poeta, crítico y educador –representante del exilio español primero en México y luego en los Estados Unidos– no tiene parangón. Felicito al jurado por su visión lúcida y ejemplar profesionalidad".
El galardonado expresó: “Sorpresa muy agradable es la noticia del premio que me otorga la ANLE. Por una parte es bien cierto que los que trabajamos en las escuelas y las Universidades no lo hacemos con el afán de enriquecernos, y tampoco vamos en busca de aplausos y honores. Nos atrae el contacto con los jóvenes, la posibilidad de influir en forma indirecta, casi misteriosamente, en el futuro de nuestros pueblos y nuestras culturas, y pagar la deuda que tenemos con los que fueron nuestros maestros. Y a su vez los que estudiaron con nosotros, por lo menos algunos de ellos, seguirán nuestros pasos. Esta continuidad, esta cadena, no se rompe; es, afortunadamente, eterna.”
Carlos E. Paldao, secretario del certamen, comentó: “La trayectoria de Manuel Durán se ha caracterizado por su constante excelencia como crítico, investigador, poeta y profesor universitario. El Jurado ha reconocido sus extraordinarios méritos por la ingente calidad y profunda contribución al conocimiento y difusión de la lengua, las letras y las culturas panhispánicas en los Estados Unidos.”
Manuel Durán (Barcelona, 1925) abandonó España al final de la guerra civil y, tras una estadía en Francia, llegó a México en 1942 donde cursó estudios de Leyes al igual que de Filosofía y Letras en la UNAM. Complementó su formación con estudios de posgrado en La Sorbona. En París conoció a Octavio Paz y desde entonces colaboró con él en diversos proyectos. De regreso al continente, se estableció en los Estados Unidos obteniendo el doctorado en Lenguas y Literaturas Romances en la Universidad de Princeton, con una tesis dirigida por el gran humanista, filólogo e historiador Américo Castro. En 1960 llega a la Universidad de Yale donde desarrolló una larga carrera como catedrático, Director de Estudios Graduados y, finalmente, Jefe del Departamento de Español y Portugués.
La lista de publicaciones de Manuel Durán es extensa: estudios monográficos sobre escritores del Siglo de Oro (Cervantes, Luis de León, Calderón de la Barca, Quevedo) y sobre autores modernos (Lorca, Cela, Ortega, Gayte, Juan Rulfo, Carlos Fuentes, Elizondo y Paz, entre otros).
Manuel Durán viaja con frecuencia a México, país al que considera su segunda patria. Jubilado, pasa la mitad del año en La Florida, frente a la bahía de Tampa, que recorre en su barco de vela. En su biblioteca privada puede verse la reproducción de un grabado de Goya, que es el autorretrato del gran artista disfrazado de Padre Tiempo, con una guadaña y un farol, y al pie un lema que Manuel Durán, a los 90 años, hace suyo: "Aun aprendo".



Correspondiente de la Real Academia Española

Yannick Brun-Picard

VIVRE AUX CÔTÉS DES AUTRES EN HARMONIE
L'indispensable ciment sociétal
Yannick Brun-Picard
L’Harmattan
Paris 

L'indispensable ciment sociétal, cette faculté à vivre aux côtés des autres en harmonie, est un concept vital à l'avenir de nos sociétés et se synthétise sous les termes de convivance. Cette dernière se révèle être un concept préhensible, vivable et diffusable au sein des différentes structures sociétales où elle acquiert sa texture, sa densité et son identité. L'intérêt du présent ouvrage est de rendre accessible les mécanismes conscients, inconscients, innés et acquis mis en synergie au coeur du vivre ensemble intégré dans la convivance.