José Manuel de Lara





En 2010 se inaugura en la Plaza del Punto
un mosaico con un soneto de
José Manuel de Lara.
El dibujo del ángulo superior izquierdo es obra de Seisdedos (época inolvidable del Grupo Santafé).
Quede el afecto. Quede el testimonio.
Quede la Poesía en su sitio. 







(Algunos poemas)


“Está lloviendo. Llueve,
interminablemente, desde el alba.
No se ve el cielo ni se ve la tierra,
solamente el agua.
Silencio.
¿Qué decir
sin que no se me mojen las palabras?
Tengo abierto delante un horizonte
que se me está cerrando por la espalda.
Y no sé qué pensar, ni sé qué hacer
debajo de esta lluvia fría y larga.
El mundo se ha encogido, que las cosas
parecen más pequeñas con el agua;
y yo, empequeñecido, me contemplo
en el mojado cristal de una ventana.

En el centro de un círculo pequeño
ahogada tengo el alma.
Levantaré la frente hasta ponerme
un arañazo de lluvia por la cara.
Voy pisando los charcos fuertemente,
salpicando de barro la esperanza;
que hasta Dios me parece descendido
de su altura de luz esta mañana”. 


Hace unos días, a las cinco de la tarde, la ciudad de Huelva hizo una de las cosas que tenía que haber hecho hace muchos años: abrir una calle con el nombre del poeta José Manuel de Lara, a quien pertenecen estos versos que trae el libro “Retrato apresurado”, que es, como reza en la página-prólogo, una antología de poemas, labor encargada a sus hijos por parte de los editores. Desde la gestación del proyecto hasta que éste vio la luz se mantuvo al poeta al margen de toda gestión. Fue, por tanto, para él, una sorpresa; para sus lectores, un gozo; para sus amigos, un honor; para la literatura, un acto de justicia. Huelva tiene que agradecer que haya tomado forma en su ámbito la obra de una de las voces poéticas más recias de las letras españolas.
Una veintena de títulos jalonan su afán, desde aquel Surco Nuevo, en 1957, pero José Manuel de Lara pasaría a la Historia de la Poesía aunque sólo hubiera escrito un poema como Agua de otoño:

“No sé qué larga sombra de silencio
entristeció la duda de tus ojos.

Aquella luz, aquel abril contigo
ahora sólo es agua del otoño.
Desconfiada y triste me preguntas
por un amor que fue y quedó en nosotros;
y, sin quererlo, anidan en mi sangre
aquellos raros pájaros remotos.
Sé que la vida ha puesto, desde entonces,
un algo sobre ti, que no conozco.
Pero en tu modo inquieto de mirarme
contemplo tu niñez, llena de asombro”.


Toda niñez trae pegado el eco de los paraísos perdidos, y el poeta observa la suya y la de los demás; la propia parece que la canta y que las palabras bailan en el aire. Podría acompañarse de un ritmo que ni fuera vendaval ni aire solo:


“Ilusión y esperanza, canto y risa,

y en el aire fragancia de canela
Y correr y saltar por la plazuela
quebrando, por quebrar, la yerbaluisa.

Pura y mansa y azul siempre la brisa
a la salida ingenua de la escuela.
Y ante la verde cruz de una cancela,
en dos trenzas envuelta, una sonrisa.

Incienso. Tarde malva. Y en el viento
la cara sin la cruz de un pensamiento
leve y frágil, como una golondrina.

Y está la infancia alegre y siempre abierta
llamando, por llamar, en cada puerta;
gritando, por gritar, en cada esquina”.

La niñez ajena la pinta como la ve y con sus herramientas: las palabras, enmarcándola en el tiempo sepia de su época de profesor:


“Cuatro paredes tiene el colegio.
Los niños gritan sin gana
lecciones, cantos y rezos,
mientras el patio vacío
repite el eco.
Sobre la negra pizarra
trazos inciertos,
y en un rincón pone un mapa
colorines polvorientos.
Todas las amplias ventanas
tienen su trozo de cielo.
Y un rayo de sol le pone
guiños de luz a un tintero.
Lentos, cansados, monótonos,
dicen a un tiempo
montes y ríos de España,
canciones y padrenuestros,
mientras un aire dormido,
sumiso y tierno,
entre pupitre y pupitre
bosteza su aburrimiento”.

Si cualquiera de sus versos merecería mármol en el que grabarse, cualquiera de sus libros, su obra entera bien merece la calle recién estrenada en honor del poeta, que se indaga piel adentro buscando un origen:

“¿Desde qué cielo perdido,
desde qué silencio,
me llega esta nostalgia indefinida?”.


La ciudad hizo lo que tenía que hacer: rotular el nombre de quien escribe estos versos en la piedra accidental de una esquina, acto que no hará que Lara exhiba en el futuro ningún gesto solemne; lejos de conciliábulos y banderías inútiles, él seguirá plantándose cada mañana, cada tarde o cada noche ante el abismo del folio en blanco con el latido humilde del que empieza, tal como un día trazara su propio perfil:

“Aquí me ves, ausente, la mirada
perdida en una rota lejanía..

Un poeta nace cuando escribe el primer verso, cuando siente el primer impulso. Su biografía, hoy en plenitud creadora, la resume él mismo en el soneto magistral plasmado en el azulejo de la Plaza del Punto.

© MGP

Xosé Luis Méndez Ferrín




X. L. Méndez Ferrín
POESÍA FUNDAMENTAL 
Con pólvora y magnolias, 1976
Poesía entera de Heriberto Bens, 1980. 
El fin de un canto, 1982. 
Estirpe, 1994.
Contra Maquilero, 2005
Calambur (Ed. bilingüe galego-castellano) 



Xosé Luis Méndez Ferrín (Ourense; 1938) es, desde hace años, el gran referente de la literatura gallega contemporánea. Escritor de culto, su labor abarca la narrativa, la poesía, la crítica, la investigación, el pensamiento y la acción política y social. Catedrático de Lengua y Literatura Española en el Instituto Santa Irene de Vigo, es columnista de El Faro de Vigo y dirige la revista de pensamiento crítico A Trabe de Ouro. Doctor en Filología, actual presidente de la Real Academia Galega y Doctor Honoris Causa por la Universidad de Vigo, desde 1999 ha sido propuesto al Premio Nobel de Literatura por la Asociación de Escritores en Lingua Galega. Ha sido y es uno de los principales activadores del Movimiento Nacionalista Gallego. Detenido en varias ocasiones ha recibido en prisión cartas de solidaridad de Arthur Miller y Temiese Williams. 

© Editorial) 

“¿Te acuerdas de aquel rojo benemérito que era (bueno, lo sigue siendo aunque cargue serias cicatrices), que era, digo, José Batlló? Y ¿te acuerdas de La Trinchera, la revista limpia de la que sacó para adelante —a base del esfuerzo y el castigo de ir él para atrás— diez o doce números? Pues allí leí yo un poema tuyo tremendo y bello que se titulaba "Roí Xordo " o algo por el estilo. Dentro de mi vida (no me da mucho brillo, pero tengo que decirlo) aquel fue el primer poema que leí en gallego. No tuve dificultad; lo leí de corrido no sé cuantas veces. Yo no sabía leer gallego pero funcionó un impulso pasional y adivinatorio. Yo qué sé; tuvo que ser algo así. Como si yo llevase dentro de mí un diccionario vivo que funcionaba solo porque yo se lo pedía con urgencia; o mejor, como si yo mismo, por un accidente necesario, me hubiese caído dentro de tu pensamiento. Eso: yo pensaba con tu pensamiento o tú con el mío. ¡Qué más da! Lo inmediato fue, aunque tú no lo supieses, que, desde aquel instante, yo era tu amigo; tu amigo que estaba en ti. ¿O eras tú el que estaba en mí? ¡Qué más da!” 

© Prólogo. Antonio Gamoneda

“La poesía de Ferrín mezcla registros cultos y populares, siempre en busca de expresiones innovadoras, siempre buscando generar más que reflejar lo nuevo. No se complace el poeta en la reproducción de tópicos, en la dicción clásica ni en la brillantez. Los libros de Ferrín no huelen a naftalina ni tienen polillas. Las voces de este poeta cimarrón son de la loma y cantan en llano. A sus años. Ferrín sigue siendo absolutamente moderno y, por ende, la voz más radicalmente poética de la literatura gallega”. 

© Epílogo. Manuel Outeiriño 


* 
Saudemos á morte; 
na palma da man non sosteñamos ónices. 
Chamémoslle: 
libro de silencio, 
pórtico terminal da escravitude, 
escritura feliz da opacidade, 
luz que desata e nome da ledicia. 
Saudemos á morte; 
non deamos pousada a Bach ou Jophn. 
Contemplemos 
o seu fremoso rostro á nosa beira. 
**
Saludemos a la muerte; 
en la palma de la mano no sostengamos ónices. 
Llamémosle: 
libro de silencio, 
pórtico terminal de la esclavitud, 
escritura feliz de la opacidad, 
luz que desata 
y nombre de la alegría. 
Saludemos a la muerte; 
no les demos cobijo a Bach ni a Joplin. 
Contemplemos su hermoso rostro a nuestro lado. 

© Xosé Luis Méndez Ferrín

Parpalacio 69 y Revista de Folklore 367


Parpalacio nº 69
Fundación Joaquín Díaz
Urueña

Editorial:

Desde los tiempos más remotos, el asombro, la sorpresa, incluso el miedo a algo insólito, parecieron servir de impulso al individuo cuando necesitaba salir de su rutina y alcanzar cotas de conocimiento más elevadas. En efecto, el desorden, lo inverso, lo desacostumbrado, son circunstancias capaces de sacarnos de nuestra aparente seguridad y descubrirnos una parte de nosotros mismos que no conocemos y que sin embargo existe....

─Noticias
─III Simposio sobre Literatura Popular "El Mundo al revés"
─Exposición "El Mundo al revés o la locura de los hombres"
─Exposiciones organizadas por la Fundación en Valladolid
─Conferencia del Director de la Fundación: "Memoria y Oralidad"
─Jornadas sobre coleccionismo de la Asociación Instrumenta
─Curso de teatro prebarroco en Segovia
─Inventario General de Pliegos de Aleluyas Españoles


Revista de Folklore nº 367
Fundación Joaquín Díaz
Urueña. Valladolid
Sumario

Editorial
Joaquí­n Dí­az

Abanicos rí­gidos de banderola o ventalls en los pliegos franceses de Olivier─Pinot y Pellerin (1ª parte)
José Mª Martí­nez González

Patrimonio Natural: La repoblación forestal, un problema secular
Paloma Esteban Calonge

Reseña sobre "Fuentes para el estudio de la música popular asturiana"
Carmen Nieves - Luis Garcí­a

Disponibles en PDF los números anteriores y la base de datos desde el primer número de la revista, que puede consultarse en formato web.

© www.funjdiaz.net

Francisco Laguna




FINALES FELICES
Francisco Laguna Correa
gana el
II Certamen literario de la ANLE






Nueva York. El escritor de origen mexicano fue declarado, por unanimidad del Jurado, ganador del II Certamen Literario de la ANLE, Academia Norteamericana de la Lengua Española, dedicado este año al microrrelato. El Jurado, integrado por María del Rocío Oviedo, Violeta Rojo, Rosa Tezanos-Pinto y Francisco Muñoz, otorgó el premio a Finales felices, presentado con el seudónimo Gaetano Fonseca, “por su calidad literaria, su estilo poco convencional y porque en sus mínimas narraciones ofrece originalidad, lirismo, sorpresa e ironía”. Laguna, autor de cuentos, poesía y trabajos sobre crítica literaria e investigación, reside en Raleigh, Carolina del Norte. Licenciado en Literatura y Filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid, ejerce la docencia en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill. "Cuando en la ANLE emprendemos una aventura como la de nuestro Certamen Literario, no nos arredramos ante las dificultades que entraña convocar un premio de este calibre; por eso, convocamos esta segunda edición del premio y seguiremos convocándola el próximo año”, afirmó el director de la Academia, Gerardo Piña-Rosales. "Estos microrrelatos, que publicará la ANLE, reflejan no ya a un autor en ciernes, sino a un escritor dueño de variados recursos narrativos y con una visión del mundo original y, a veces, insólita”. Dijo Laguna: “Si los cuentos son considerados un género menor, el microrrelato es, por decirlo de algún modo, un género mínimo [...] son mi predilección por la brevedad, la poesía, y mi afán de contar anécdotas e historias que pueden leerse en poco tiempo [...] es también mi compromiso, electivo y constante, con la lengua española: mi lengua materna, lengua universal. Estos microrrelatos intentan evidenciar mi experiencia transnacional y migratoria, marcada por las interrupciones y la brevedad. La vida puede entenderse como un compendio de brevedades e interrupciones, y Finales felices trata sobre esto”.   

 © ANLE                                               

Liborio Noval / Cuba Iluminada

Liborio Noval
fotógrafo, fallece en La Habana, a los 78 años. Para el proyecto CUBA ILUMINADA (Exposición: La Habana 2013) tuve el honor de retratarlo parapetado tras su eterno habano y, en muchos momentos, compartir amistad.

© Héctor Garrido


Décimas al proyecto

Toda Cuba Iluminada
por sus propios habitantes.
La Cuba de hoy, la de antes,
la de mañana... No hay nada
que escape a nuestra mirada.
Todo se resume en esta
exposición manifiesta
del “cubaneo” real.
Cuba: luz intelectual.
Cuba: los ojos de fiesta.
A través de esta mirada
los tópicos mueren, huyen.
Estas fotos constituyen
un canto de luz. En cada
rostro, Cuba iluminada,
en cada rostro, un pedazo
de Cuba, una nota, un trazo,
un párrafo diferente.
Cuba en fotos: cuánta gente
con el país el brazo.
Cuba: la isla-continente.
Cuba: la isla-contenido.
Contiene luz y sonido
y color y olor y ambiente
y una fuerza que la lente
de Garrido vuelve alada.
Que vuele ante la mirada
de todos, ante el asombro.
Héctor, la cámara al hombro.
Cuba, siempre iluminada.

© Alexis Díaz Pimienta