María Teresa Álvarez

Mis dos miradas


Sin duda existen muchos tipos de miradas. Todas ellas pueden ser veraces y fieles a la realidad que se contempla, aunque pienso que no todas se graban en la memoria pasando a formar parte de tu patrimonio anímico y emocional.
Cuando Manuel me pidió que mirara a Huelva desde donde yo quisiera, dándome la posibilidad de elegir ángulo, eso sí, siempre que pudiera enfocarla a ella o a cualquiera de sus preciosos pueblos, no lo dudé un instante. Inmediatamente acudió a mi retina una imagen archivada en mi corazón, y volví a ver una playa luminosa de blanquísimas arenas en las que destacaba el jubiloso colorido de alguna que otra lancha desperezándose al tibio sol. Volví a sentir la dulce sensación que las finísimas arenas despertaban en mis pies al caminar por ellas. Era en la segunda quincena de septiembre. Todos los días a primera hora de la mañana acudía a pasear junto al mar. La arena recibía mis pies con un dulce y acogedor abrazo. El sol no se había adueñado aún de ella. Nunca olvidaré aquella templada frialdad al introducir mis pies en las juguetonas arenas de las playas de El Rompido, ni su genuino paisaje: sus hermosos y caprichosos pinos a los que también les gustaba sentir la caricia de la arena. Recostada en una de las lanchas leía yo entonces El nombre de la Rosa, de Umberto Eco. Siempre que nombro este libro pienso en El Rompido. Y no recuerdo esta hermosa zona de Huelva por haberlo leído allí, ya que no tengo ni idea de dónde leí el resto, lo que quiere decir que fue el maravilloso escenario el que consiguió hacer inolvidable mi estancia en Huelva.

Esta es una de mis miradas a esa querida provincia andaluza. La siguiente se produce desde otro ángulo.

En La Rábida me he sumergido en el proceloso mar de la histona para intentar encontrar las claves que llevaron a los frailes, Antonio de Marchena y Juan Pérez ,a convertirse en los valedores de Cristóbal Colón ante los Reyes Católicos. En Palos de la Frontera, recorriendo sus calles y típicos rincones, hablando con sus gentes, descendientes de aquellos excelentes marinos palermos, recordamos a los hermanos Pinzón en el importante papel que desempeñaron al lado de Colón. En ambos sitios estuve grabando el programa ''Viaje en el tiempo" sobre las incógnitas del descubridor de América.

Mis dos miradas a Huelva reflejan realidades distintas porque las dos entrañaron un móvil diferente. Una, simplemente contemplativa, que se entusiasmó ante la belleza sin par de sus playas. La otra, escudriñadora, que buscaba las huellas del pasado, el significado de estos lugares en la historia de España. Las dos permanecen en mi retina. Y es que las dos se han convertido en miradas del corazón, de esas que nunca se olvidan.

© María Teresa Álvarez

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