Eduardo Fraile Valles


ÍCARO & Co.
Eduardo Fraile Valles
Libros del Aire
Intr: José Manuel Suárez

TRANSPORTES POSADAS (págs. 50-51)

También esperábamos con fruición
(como al chocolatero) los camiones de Transportes Posadas:
inconfundibles con su toldo de lona
rotulada con tipografía 'Ponderosa': las letras del Oeste
cinematográfico, para entendernos. Porque cada tanto
uno de aquellos camiones de largo morro nos traía un paquete
de Castrodeza. Y nos arrodillábamos
en la cocina, con mi madre, para abrir
aquellas cestas de mimbre repletas de tesoros.
Solían contener alimentos, sobre todo: huevos de las gallinas,
queso de las ovejas y las vacas del abuelo
Bernardino, longanizas y chorizos curados en el desván,
colgando de las vigas... Pero siempre nos esperaba una sorpresa
entre las capas de paja finísima, como una harina de oro
que protegía eficazmente a los huevos, alineados
en formación militar: una pluma
de gallo, por ejemplo, o un carta escrita por el tío Emeterio,
bolas de anís, canicas irisadas
o unos pendientes en un pequeño estuche
de terciopelo. ¡Con qué emoción, con qué cuidado
arqueológico íbamos desenterrando aquellas maravillas!
Una pluma
de colores apimentonados era más, tenía más poder
que la distancia y el tiempo. No sabíamos
aún lo que sería la muerte, pero el corazón
nos daba aldabonazos en el pecho de forma casi insoportable...
Éramos adoradores de un dios desconocido,
que se encarnaba, que se manifestaba
en un paralelepípedo de mimbre
con periodicidad matemática, orbital, sideral,
lleno de amor.
Nunca llegaba un huevo roto. La vida
nos protegía. Madrid, años 60. Entonces todos
estábamos aquí.
© Eduardo Fraile Valles