Paco Girón

Paco Girón
(Notas para una biografía)
Ángel Manuel Rodríguez Castillo
'Es bueno guardar el secreto del rey, pero las gloriosas acciones de Dios hay que manifestarlas en público' Tobías (1 2,7)


PRÓLOGO

Voy a prescindir de datos que van más allá del nombre. Nada de edades, ni de dónde viene, ni a qué, ni cómo. Saldrían en el discurso lugares comunes sabidos, repetidos. Y no. Ni voy a pintarlo como bueno o malo o regular por salir del paso con cautela, palabra sobre palabra. Dejaré la mente suelta a ver qué encuentra; y encuentra una sombra, casi no un cuerpo ─¿será esa el alma?─ en un laberinto de asuntos a resolver, que resuelve; encuentra el eco de unas voces en la bóveda ciudadana hablando de él sin que una negación enturbie su figura; encuentra una admiración en quién lo conoce, lo trata y lo quiere de cerca o de lejos; admiración por su labor callada, sin más premio a cambio que eso: su labor callada; encuentra que muere tal como vive, sin hacer ruido, sin voceros ni palmeros al lado, sin falsos podios; apurando: haciendo el ruido justo para atraer la atención de otros hacia el fin que en ese momento tiene en mente, trae entre manos; encuentra del Don al Curro una rica gama de valores puestos en solfa con el tino de quién se sabe aquí de paso e intenta mejorar lo que ve; aliviar; encuentra un cariño a flote hacia lo humano, un cariño a flote desde lo divino, una encrucijada espiritual, un estar vivo para dar vida, no para esto o para lo otro, sino para dar vida, para vivificar, haga lo que haga; encuentra una mirada profunda dirigida hacia sus dentros; un afán por conocerse para conocer al resto. Para reconocerse en todos. Y al fondo, muy al fondo, tan al fondo que apenas se llega, encuentra sólo silencio; enconado, áspero silencio sobre el sentido del vivir y del morir. Encuentra, al fin, que la respuesta a esto, tan complicadamente fácil, se la lleva consigo una tarde cualquiera en la que dos aves vuelan hacia el horizonte, por ejemplo. La sensación de su recuerdo es como escuchar a Mozart y caer de pronto en la cuenta de estar ante la obra de un ser único, imposible de definir. Pasa esto a veces; pocas, pero pasa. Su presencia lo atestigua.

© Manuel Garrido Palacios