Kepa Murua

EL GATO NEGRO
Kepa Murua
Ed. Calambur

El Gato negro del amor es un viaje por la gama de colores que componen la imagen del amor, el desamor y la separación. Gato… negro, blanco, gris, del silencio, de fuego..., Kepa Murua (1962) presenta a los personajes (amantes, escenarios, memoria) sin retórica ni patetismo. Hay dolor, preguntas, desconcierto y sinceridad sobre uno de los grandes temas de la poesía, planteado aquí desde una perspectiva contemporánea. Kepa Murua es autor de los libros de poesía Abstemio de honores, Cavando la tierra con tus sueños, Siempre conté diez y nunca apareciste, Un lugar por nosotros, Cardiolemas, Las manos en alto, Poemas del caminante, Cantos del dios oscuro, No es nada y Poesía sola. Ha publicado también libros de ensayo. (Editorial)

LOS GATOS NEGROS (pág. 31)

Gritaré. Gritaré para deciros
que ni sois ni erais
ni nada que se os parezca
más que sombras vivientes.
Gritaré. Gritaré para sentiros
lejanos en la nostalgia
que tarde o temprano dice
perdonadme.
Gritaré. Gritaré para llamaros
como habéis hecho con otros
sin que nadie antes supiera
que os llamabais a vosotros.
Gritaré. Gritaré para calmaros
como nunca antes habéis sentido
el amor que confunde el miedo
con la silueta de los gatos negros.

© Kepa Murua

Luis Eduardo Siles




FOROS PARA LA HISTORIA
Luis Eduardo Siles




Luis Eduardo Siles (Jaén, 1958) publica el libro ‘Foros para la Historia’ en el que recopila las presentaciones que hizo a quienes participaron en su proyecto en la ciudad de Huelva, como ‘lugar de encuentro de líderes de opinión’, según lo subtitula. Lo prologa Fernando Orgambides: ‘Huelva ha estado en mi corazón siempre y así se lo hice saber a Luis aquella tarde en la que paseábamos, yo interesado en contratarle como corresponsal de El País y él ilusionado con la etapa profesional que se le presentaba’.
Después queda el autor a solas frente al retrato de cada figura. José Andrés Torres Mora: ‘En permanente estado de reflexión, es hombre entregado al pensamiento. Luego sus ideas tienen una aplicación práctica en la sociedad’; Gracia Querejeta: ‘Hace un cine engañosamente naturalista en el que los personajes vomitan ante la cámara o se cepillan afanosamente los dientes, todo envuelto en una atmósfera poética’; Carlos Abella: ‘La femoral como cebo, dice en su libro ‘José Tomás un torero de leyenda', escrito con el arte brillante de los mejores críticos taurinos’; Carmen Enríquez: ‘Desliza en sus últimas entrevistas una medida inquietud por el futuro de la Monarquía en España. Asegura que se ha levantado la veda informativa contra la Casa Real’; Eduardo Madina: ‘Durante muchos minutos viajó con una bomba lapa adosada a su coche, que finalmente explotó. Perdió una pierna, pero se le triplicaron las ganas de vivir’; Ian Gibson: ‘Sus biografías de Federico García Lorca, Salvador Dalí, Camilo José Cela o Antonio Machado son precisas en el dato, cuidadas hasta el extremo, con el añadido de una hermosa escritura’; José Ángel de la Casa: ‘A la tradición de narrar un gol ha añadido una forma optimista: España puede dar la vuelta al marcador’; José Bono: ‘Habilidad para expresarse cuando quiere a través de un laberinto, de modo que ha podido decir ‘sí’, ‘no’ o ‘todo lo contrario’, según la prisa del periodista’; Ramón Jáuregui: ‘Persona templada, es un político que ha peleado por alcanzar la luz que se esconde al final del laberinto’; José Sacristán: ‘Hay actores que se convierten en amigos que visitan nuestra casa; él pertenece a ese grupo que la gente lleva en el corazón’; José Emilio Santamaría: ‘Los entrenadores que han triunfado en el fútbol en los últimos años transmiten una imagen feroz, distante, prepotente. Algo bien distinto fue Santamaría’; Carlos Gaviria: ‘Sostiene que en Colombia la Democracia es una utopía que queda aún lejos, aunque el Gobierno la presente como una realidad’; Alfredo Relaño: ‘Autor de libros sobre fútbol, deporte que explica con humor’; Michael Robinson: ‘Alumno de Periodismo que, en lugar de estudiar en la Facultad la carrera, lo hizo en el césped del estadio del Liverpool’;Trinidad Jiménez: ‘Dulce acento entre andaluz y latino. Nació en Málaga y pasó su adolescencia en Huelva, donde su padre fue fiscal en la Audiencia Provincial’; Pedro Zerolo: ‘Así es el mundo por el que lucha: mortal y rosa, como definió un poeta la vida’; Vicente del Bosque: ‘El blanco y el negro son los colores con los que soñamos y los de las fotos de los jugadores de leyenda’; Tomás Roncero: ‘Defiende el casticismo de bufanda blanca anudada al cuello, el 'raulismo' a ultranza’; Diego Carcedo: ‘Ha entrevistado a 30 Reyes, Presidentes y Jefes de Estado y de Gobierno’; Ramón Lobo: ‘El espectáculo de la guerra en la televisión, como la noche del bombardeo sobre Irak, parece que no produce muertes, salvo para los que están allí’; José Antonio Gurriarán: ‘Sufrió un atentado que le destrozó el cuerpo, pero no le dejó un solo rasguño en el alma’; Maruja Torres: ‘En 'Mujer en guerra', su libro que yo más quiero, dice: ‘Me preguntan si el periodismo me ha impedido formar un hogar y respondo que era el hogar lo que me impedía hacer periodismo’; Rosa Regás: ‘Mi encuentro literario con Rosa fue un flechazo’; y nombres más cercanos como Eva Vaz, con su poemario ‘Metástasis’, Moreno, con su novela ‘Lo que dura la noche’, Huelva con ‘Y cien’ o el malagueño García Marín con ‘La escalera del agua’.
Lidia Jiménez pone el epílogo; ‘Umbral es el escritor favorito de Luis Eduardo, y presume de tener 118 libros del escritor madrileño. Sus otras pasiones son sus hijos y la verdad con sus consecuencias’.

© Manuel Garrido Palacios

Uberto Stabile en México















De nuevo en México DF, esta vez en plena celebración del día de muertos. El jueves próximo inauguramos EDITA, el XXI Encuentro Internacional de Editores Independientes que, por segunda vez, se celebra en la Casa Museo Leon Trostsky en Coyoacán, a escasos metros de la casa de Frida Kalho. Llegué el viernes tras un largo viaje, sobrevolando Amércia del Norte. Entramos por Terranova y la Península del Labrador, y Manhattan, justo antes de la gran tormenta de nieve, con escala en Atlanta. 17 horas más tarde llegué a Ciudad de México. En México, sin embargo, el tiempo sigue primaveral y al tratarse del largo puente por la celebración del día de muertos tuve la ocasión de ver una Ciudad de México casi desconocida, con una limpieza de aire y polución y una ausencia de tráfico nada normales. Ayer fui a ver de nuevo el Museo de Antropologia y me encontre con la actuación de un grupo de danzas de Chiapas.
Fue delicioso. Se trataba de la representación de su particular carnaval. Quedó todo grabado y compartido, incluido el aguardiente ofrecido y sus cantos, que bien pudieran ser la base de cualquier grupo de música contemporánea. Prácticamente no me he movido de Coyoacán, cada dñia más saturado de turistas y ardillas; algunas, casi hablan. Toda la ciudad es una especie de cementerio ambulante, lleno de calaveras, esqueletos, calacas, flores, pan de muertos, etc. Afortunadamente, el Día de Muertos aquí todavía le planta cara al Haloween (o como se escriba). Ahí va el programa de EDITA y el del FELINO (Festival de Literatura del Noroeste) de Tijuana, a donde llegaré el próximo lunes. Esta tarde-noche intentaré llegar a alguno de los cementerios de los alrededores de México para grabar una de las ceremonias de sincretismo más impactantes de América latina.

© Uberto Stabile