ABELARDO BELLIDO

ABELARDO BELLIDO
Cámara de televisión

Viene de aquel gran fotógrafo que nutría las páginas de ABC un día sí y otro también con instantáneas sobre la historia diaria de este sur de Europa llamado Andalucía. Le dio al hijo la vida, el nombre y el oficio, además de un legado de imágenes, de una herencia artística, que constituyen hoy uno de los patrimonios culturales del pueblo.
-Abelardo estuvo presente en la primera Fiesta de la Vendimia. Hablamos de hace cincuenta años; ¿qué te queda en la memoria de aquel tiempo?
-De la primera Fiesta de la Vendimia… -mira de soslayo la fotografía de su padre, se levanta de la mecedora que ha movido sus recuerdos, camina de un lugar a otro buscando la respuesta que guarda y dice, como quien piensa en voz alta-: en aquel tiempo las armas del fotógrafo eran la luz, el talento y unas placas. No todo el mundo podía ser retratero. En 1961 se celebró esa primera Fiesta de la Vendimia y todo el pueblo fue engalanado para la ocasión. La Plaza de España presentaba una imagen nueva con la fuente. Sus chorros expulsaban vino en vez de agua, el motor hacía girar a los caldos de la vendimia del año. El viento que corría aquella tarde de septiembre hacía que salpicara las lozas con menudas gotas como si se bautizara la alegría colectiva de la fiesta. Recuerdo que el aroma que se respiraba alrededor de la fuente era tan intenso que afectó a más de uno. Entre ellos estaba yo, a mis catorce años, con mi cámara dispuesta para estrenarme en el oficio. Las Bodegas Morales y Pichardo se adornaron con todo esmero y sirvieron a palmerinos y forasteros los mejores productos madurados entre sus muros; hablo del vermú, del amontillado y de la calidad solera. Todavía andará por casa la imagen de una réplica de la fuente que fue testigo de todo aquello, aparte del inolvidable sabor de los caldos de degustación. Para mí fue la primera vez que hice un reportaje en serio con los bodegueros, sus familiares y sus amigos, hasta que tanto aroma y tanta degustación trago a trago acabaron por afectarme. Lo hice en blanco y negro. Tenía una cámara de 16 milímetros, de cuerda, y allá que me lancé a comerme y a beberme la Vendimia yo solito. Recuerdo el colorido de los dos escenarios que se montaron; uno a las puertas del Banco de España y la Pensión Ramírez, el otro en la fachada de la Iglesia. Durante los actos, el escenario sufría cambios bruscos de iluminación, tal y como el personal técnico había decidido, y todo quedaba a oscuras. Llegado ese momento, sacaba una antorcha a escena para poder seguir grabando, pero todo ese trajín hacía que mi trabajo quedara algo deslucido, aunque lo que salió, ahí está. Hoy día, cincuenta años después, no tendría ningún problema para captar lo mismo que entonces pero con las nuevas técnicas. Eso, en cuanto a rodar, a hacer una película documental de aquello. La fotografía en cambio se veía algo más favorecida; el material fotográfico podía ser más sensible que el usado para el cine; se utilizaba una cámara cargada con un carrete de más sensibilidad para esos momentos en los que el escenario quedaba a la suerte de la luz de la luna, y luego, además, cabía la posibilidad de reforzarlo durante el proceso de revelado en el laboratorio. Hoy es otro cantar. Las cámaras digitales han resuelto todos los problemas de iluminación; incluso tenemos la suerte de ver qué se está haciendo en cada momento.
-Pero aquella primera vez, aquel estreno fue heroico.
-Valoro lo de entonces y valoro lo de ahora. La técnica no es más que un medio. Depende del uso que le des. Y aunque fuera con todos esos inconvenientes que he dicho, tanto las placas como los rodajes de entonces tienen el valor de ser verdaderos documentos. Ahí están. Los quiero tanto como la fotografía que pudiera hacer hoy con la mejor cámara.

© Manuel Garrido Palacios

Miguel Cane

DICCIONARIO DEL CINEMA PARA MITÓMANOS AMATEURS
Miguel Cane
Ilustra Ana Bustelo
Prologa Daniel Krauze
Editorial Impedimenta

Canaletto · Guardi · Venecia

Canaletto (1697-1768)
Le Grand Canal avec l'église San Geremia,
le palais Labia et l'accès
à Cannaregio, 1726-27.
Huile sur tole, 46x78,4 cm,
Londres, The Royal Collection, lent by Her
Majesty Queen Elizabeth II


Guardi (1712-1793)
Le Grand Canal avec
l'église San Geremia,
le palais Labia et l’aceès
à Cannaregio, 1769,
huile sur toile, 71,5x120 cm,
Munich, Alte Pinakothek

Revista de Folklore nº 399

Revista de Folklore nº 399

Sumario:

Editorial de Joaquín Díaz (Director):
La vecindad con Francia ha provocado en nuestra historia filias y fobias frecuentísimas. Desde las canciones infantiles hasta las esquelas que imprimían los establecimientos tipográficos y que copiaban motivos y modelos parisinos, todo recordaba a lo francés en la vida cotidiana... + 

Héctor Uribe Ulloa:

Antonio Vivaldi

Antonio Vivaldi
Concerti con molti instromenti
Encargaron a Antonio Vivaldi un concierto en el que cada miembro de la familia encargante quería que su instrumento (de música) favorito estuviera presente en la partitura. A uno le gustaba el oboe, a otro el tambor, a otro el violonchelo y todo así, porque las aficiones hogareñas llevadas a estos extremos vienen a ser muy complejas. Y el Mozart latino ─como lo llamó algún crítico─ no se inquietó por ello, sino que compuso esa magna obra que contiene ocho entradas y que llamó “Concerti con molti instromenti”, con la que posiblemente contentó a cada miembro del exigente clan y él quedó con su grandeza artística intacta. Otros cuentan que lo que hizo fue sumar varias piezas sueltas que tenía ya escritas y adaptarlas para la ocasión. Da lo mismo. Lo cabal es que resolvió tamaño encargo con la gracia y el genio de quien sabe moverse en todas las plazas.

© Manuel Garrido Palacios

LEXIQUE DE GREC CARGÉSIEN

LEXIQUE DE GREC CARGÉSIEN
Précédé d'un bref historique du peuplement grec de Cargèse (Corse)
Jean-Christophe Eon
Études grecques
Edit. L'Harmattan
Paris 

Cargèse est une petite ville située à 52 kms au nord d'Ajaccio, née de l'exil de populations grecques venues du Péloponnèse. En 1676, fuyant l'oppression ottomane, ces populations obtinrent de la République de Gènes, alors métropole de la Corse, la possibilité de s'y installer. A partir du XIXe siècle, les Cargésiens purent vivre en paix sur cette terre devenue la leur. Voici donc une étude sur le parler grec de Corse (néanmoins en voie d'extinction).

Guillermo López Lacomba

EN PLENO DESCONCIERTO
Guillermo López Lacomba
Isla Varia Ed. (Granada) 

El autor (Granada, 1949) ha publicado Tragaluz, Los oráculos, Historia de Arcadia o tratado sobre el saber usos y costumbres de gallos y gallinas (novela), Bestiario, Al corazón que venza, Al fin en frente y Podrás amor (poesía). Colaboraciones en Cuadernos de Matemático y Litoral. 

2 poemas:

(Pág. 11)
Es así que no pude cruzar,
que el agua me detuvo
al lado equivocado de la orilla.
Que ya no hube camino.

(Pág. 25)
Y de retorno por las calles,
de regreso a la nada en la que habito
escruto sombras;
rumor de aguas profundas,
recuerdo de su voz.
Faroles que no alumbran en las esquinas,
luces mortecinas en las ventanas,
aldabas con herrumbre en los portones,
en pleno desconcierto.

© Guillermo López Lacomba

Morten Sendergaard

Morten Sendergaard
Un paso en la dirección correcta
Trad. de Daniel Sancosmed
Libros del Aire

Francisca Aguirre

ESPEJITO, ESPEJITO
Francisca Aguirre
Ed. Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes
Portada e ilustraciones: José Hierro
Universidad Popular

INTRODUCCIÓN (pg. 13)

Había una vez un país desdichado y hermoso, como todos los países; con una historia hermosa y desdichada, como la historia de todos los países. En ese país, igual que en todos los países, las abuelas contaban cuentos a sus nietos. En esas historias hay buenos y malos, brujas y hadas, dragones y príncipes y, sobre todo, princesas encantadas. Casi todas las niñas de este mundo han debido soñar alguna vez que eran una de esas princesas. Casi todas las niñas, alguna vez, han preguntado como en el cuento: "Espejito, espejito ..."
Yo fui, quizás, una de las pocas niñas que no se atrevió a preguntar.
Pasaron los años. Y un día, cuando mi corazón creyó, como lo habían creído Giner de los Ríos y don Antonio Machado, que había empezado "un nuevo florecer de España", me acerqué hasta la niña que fui y pregunté con ella: "Espejito, espejito"
[Este libro] es la respuesta que me dio el espejo.

(pg. 63-64)

(El 6 de octubre de 1942
mi padre fue ejecutado
en la Prisión de Porlier)

Decía Pepe Hierro "Paca,
¿te acuerdas de aquel verso de Neruda…
'nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos'?"
Querido Pepe, qué mal entonces
tuvimos tú y yo. Yo, servidora,
como a menudo me sueles corregir,
tuvo un entonces de lo peorcito.
Qué le vamos a hacer, hermano,
"nadie elige su amor", ha dicho don Antonio.
Nadie elige tampoco su infancia.
Casi nadie elige el dolor,
y menos todavía en el tiempo de las sorpresas,
en el tiempo de los milagros súbitos,
en aquel tiempo en que la mañana
se estiraba como un acordeón
y algunos días, cuando queríamos recordar;
ya no quedaba tarde
y nos teníamos que ir a la cama
después de una mañana larguisima,
tan larga que nos había durado hasta la noche.
Qué año, Pepe, aquel de tu Quinta del 42.
Cómo dudábamos del porvenir entonces,
tú empezando a hacer versos,
yo empezando a hacer vida.
Qué mal año aquel año cuarenta y dos.
Pero ya ves, hermano, todo pasa
y, como decía Machado, todo queda:
han. quedado tus versos y mi infancia:
tu Quinta del 42 jugando al corro con mis doce años,
"agáchate y vuélvete a agachar",
seguro Pepe, que si hubieses andado cerca,
te habrías acercado a aquella niña:
"Baronesa, ¿qué hace usted agachada en ese rincón?",
seguro, Pepe, segurísimo,
lástima que no lo supieses
en aquel interminable mil novecientos cuarenta y dos.

© Francisca Aguirre


Conversaciones con mi animal de compañía
Francisca Aguirre
Ed. Rilke

 (Para Marta y Jordi)

Si hablo con la fiera que siempre va conmigo
Sin duda es porque espero que tal vez algún día
lograré comprender
quién es el animal
que nunca me abandona
que me araña la vida
que me la descoloca
y ni en sueños me permite soñar
con dejarme vivir
sin su gruñido.

© Francisca Aguirre


NANAS PARA DORMIR DESPERDICIOS
Francisca Aguirre
Premio Valencia de Poesía
Hiperión.

Aunque la poesía de Aguirre precede a su propio verso, vale asomarse a sus páginas para ver algunas claves.
Juan Cueto me dijo en Gijón que una nana podía ser un arrullo, un conjuro para que huyera el duende que robaba el sueño inocente y un aviso para que el amante rondador cayera en que no eran horas para escarceos.
Sobre el vocablo “desperdicio”, tan presente en la obra, Aguirre dice: “No sé muy bien cómo explicarles / lo que resulta ser un desperdicio, / porque lo grave de esta historia / es que nadie conoce realmente / eso que, de forma extraña y muy precipitada, / denominamos desperdicio; // aquello que asían nuestras manos, / de tan difícil catalogación, / tan raro, tan absurdo / que apenas si nos atrevíamos a nombrarlo, / eso, precisamente eso, / [que] sobraba en nuestro espacio. / Tal vez fuera un desperdicio // aquel resto, aquel aquello”. Entramos en el corpus del poemario siguiendo el rastro de algo que es “dolorosamente nuestro” y que viene “cargado de asombros y temores”. Por ejemplo, sin perder el hilo de los versos: “No cabe duda de que el peso, / si nos referimos a los desperdicios / es de suma importancia / para determinar su naturaleza. / Hay desperdicios minuciosos, / desperdicios ingrávidos / y, debido a ello, el peso es decisivo. / Es el caso de la cicatriz”.
Insiste Aguirre en que “lo imposible es a veces / tan sumamente desperdicio / que yo no sé qué hacer”. El envés de un poema es la sensación que deja en el ánimo: “¿Quién iba a imaginar el desperdicio que vivía / en el moho de aquel recuerdo jadeante?” La autora, que ve “extraño / llamar a un sobresalto desperdicio”, cree que lo importante es “cantar para que duerma al fin / eso que llora y llora sin parar / dentro del corazón aquel / lleno de escombros”.
En otra página asegura que “nadie sabe qué música ponerle a los desechos. / Aunque parezca raro / hay desechos resplandecientes”, porque “hay que ver lo que vive en los cajones, / cada cajón es como un universo / en el que duerme todo: desperdicios, estampas, lapiceros. // ¿Cómo no vamos a cantarle una nana a aquel pañuelo de la abuela?” Entre las músicas que habitan el alma, “casi todo el mundo ha oído / la música de las baratijas, / puesto que la baratija es un brillante desperdicio. // Las esquinas son el desperdicio perfecto”.
Aguirre canta al crepúsculo: “un desperdicio muy equívoco; / mi nana / unas veces termina demasiado pronto / y el crepúsculo sigue muy despierto, / otras, yo canto sin parar / y el crepúsculo duerme ya bajo las estrellas”; y a las sobras “para dormir el hambre / mientras el hambre nos dormía”; y a las hojas caídas: “criaturas parlanchínas / voz de nuestros árboles”; y al dormir de los relojes: “como nadie conoce dónde empieza la muerte // me gustaría creer que el tiempo es sólo un sueño, un escuálido desperdicio”. Canta a las cartas con “el olor desvalido del abandono / y el tono macilento del silencio”, que son “desperdicios de la memoria, residuos de dolor”; a las tachaduras, a las que “les cuento la vida de las otras palabras / para que vean que son un desperdicio”. Y así discurren las nanas, hurgando a ver qué se fue con cada desperdicio. Aguirre pasa su vista por los hilos en barullo, las flores mustias, las espinas, la ceniza, los aparentemente simples cordones, un pingo o las mondas de patata de 1943: “¿qué hubiera sido de nosotros / sin el apoyo de los desperdicios?”. Observa los despojos, los libros viejos: “prendas tan de abrigo”, el humo, “que tiene muchos detractores”, y añade: “le canto la nana del silencio / para que no se sienta solo”; nanas para el odio, la tristeza o el miedo: “compañero de la especie”.
Puede que Francisca Aguirre cante estas “Nanas para dormir desperdicios” en un afán de ponerlos en la balanza que el ser humano tiene dispuesta en sus dentros para hacer mediciones puntuales. Y así asistimos desde la íntima distancia del verso a una escenografía de los sentimientos, sin perder de vista el “prestigio de la ceniza” de la vida y “cuanto recuerda a la muerte”, en el convencimiento de que “hay que entonar la nana que nos pide” cada momento, “aún sabiendo / que esa canción de cuna nos aterra”.

© Manuel Garrido Palacios


HISTORIA DE UNA ANATOMÍA
 
Francisca Aguirre 
Premio Internacional Miguel Hernández 2010 
Hiperión. Madrid, 2010. 86 págs. 

PREMIO NACIONAL DE POESÍA 2011

Francisca Aguirre (Alicante, 1930) es una poeta/lateral de la generación del medio siglo; Y tardía respecto a sus coetáneos en la publicación de su primer libro, ya qué Ítaca data de 1971. El conjunto de su obra, que en buena medida descansa en la memoria y en una mirada ácida y tierna a la vez sobre los años de nuestra posguerra, tiene el extraño equilibrio que aporta la mezcla de un lirismo intenso y una expresión directa, conversacional: Es además una poesía de raíz existencialista y apegada a lo cotidiano. Aguirre, que en su libro anterior, Nana para dormir desperdicios (2007}, había situado en el centro de sus preocupaciones los recuerdos de infancia y menesterosidad bajo el primer franquismo, opta en Historia de una anatomía por desnudarse, por indagar en los ingredientes, reales e imaginarios, que conforman una biografía. Se trata de un diálogo sereno y lúcido, en el que la ternura acompaña a la introspección y en el que juega un papel esencial el distanciamiento a través de la ironía. El libro, que se abre con una cita de Coetzee “Un cuerpo dice la verdad”, es un recorrido por los espacios físicos (las manos, la boca, el pelo, la piel), psíquicos (la memoria, la voluntad, los sueños) y por los sentidos que conforman la subjeti vidad de un ser humano. Sólo en los últimos poemas (en el apartado titulado “Anamnesis” incorpora elementos ajenos, nos muestra indicios del otro, de los otros, de quien está al otro lado de la "anatomía". La poesía de Francisca Aguirre ha ido, con el paso del tiempo, reforzando el tono conversacional de sus primeros libros —especialmente de Los trescientos escalones (1977)—.despojándose de todo artificio y reforzando su expresión más clara, en algunos momentos próxima a lo naíf, lo que acerca su verso a algu nos de los poetas de la generación del 50 que cultivaron un lenguaje directo, casi coloquial (Ángel González, Sahagún, Cabañero),
El verso libre, el uso de la comparación en apariencia sencilla pero inteligente y polisémica, los encabalgamientos y quiebros que pone en juego dan lugar a una lírica de confesión serena, para leer en voz baja, como invitando a un diálogo íntimo.

© Manuel Rico.



(2 POEMAS DEL LIBRO)

LA MEMORIA



¡Ah memoria memoria!

Dónde está la palabra 
que alumbró la vida 
dónde están las palabras 
que cantaban siempre. 
¡Ah memoria memoria! 
Dónde sucede el manantial 
que riega la inocencia. 
Juegan al escondite las palabras 
y el alma las persigue inútilmente. 
Deben de estar detrás del tiempo 
contándole su vida a los recuerdos 
mientras llueve en La Alhambra 
mientras llueve en mi infancia 
como llovía en París 
hace ya mucho tiempo. 



LA PIEL 

Lo de la piel es realmente asombroso. 
Es sorprendente que una cosa tan fina 
sea capaz de contener algo 
tan inquietante 
como lo es el cuerpo humano. 
Pareciera que al primer embate la piel 
ese tejido tan precario y tan frágil 
caería hecho pedazos 
o más bien 
hecho polvo. 
Pero lo cierto es que resiste 
lo verdaderamente raro 
es que la piel 
resiste más que el corazón 
o la cabeza. 
A veces las palabras 
nos entierran el corazón. 
A veces la cabeza nos envenena el corazón. 
Pero la piel aguanta 
se tiñe de escarlata 
y aguanta 
le rechinan los poros 
pero aguanta. 
Es como una armadura 
un pequeño telón que nos defiende 
contra el dolor que intenta destruirnos. 

© Francisca Aguirre

TROVADORES DE SILENCIOS

TROVADORES DE SILENCIOS
Editorial Calambur

‘Trovadores de silencios’ es un libro para compartir un disfrute de voces y de versos: puro deleite para los sentidos. Un CD anejo trae las interpretaciones musicales de los cantautores Luis Eduardo Aute, Luis Felipe Barrio, Javier Bergia, Carlos Chaouen, Fernando Márquez el Zurdo, Alejandro Martínez, Rafa Mora / Moncho Otero, Ángela Muro, Juan D'ors, Amancio Prada y Guadalupe Urbina –cada cual con su nómina de instrumentistas–, de poemas de Marcos R. Barnatán, J. M. Caballero Bonald, Rosa Díaz, Ilia Galán, Jesús Hilario Tundidor, Miguel Losada, Javier Lostalé, José Mª Merino, Juan Carlos Mestre, Esther Peñas, Jaime Siles y Luis Antonio de Villena. 
Las músicas van con las palabras sin alterar el aire que ya, como Poesía, las envuelve. Cada músico se adapta a los poemas y suma al de los versos el encanto de las notas, generando una audición sin estridencias, calmada, pensada, sentida, que parece fácil. El conjunto responde a lo que se pretende: anchar el horizonte en el campo de la Poesía y que ésta tire de músicos de rango para que le compongan una melodía adecuada, la armonicen, le den su ritmo y la canten. 
Hace unos años nos llamaron a 13 realizadores para que hiciéramos un retrato filmado de 13 cantautores. Vine de Dublín y puse en imágenes la obra de Benedicto en tierras de Compostela. Pilar Miró hizo lo mismo con Aute y cada cual dio su visión del cantautor asignado. Ante el disco ‘Trovadores del silencio’ he recordado esta serie, que llevaba por título ‘Yo canto’, y me ha parecido estar en aquel cogollo mágico estudiando cada canción para sacarle la plástica que sugería.
Según las notas de Esther Peñas y de Ilia Galán, editoras de la obra, en este caso ha sido emocionante ver el regocijo con el que los poetas se alborozaban pensando en si sus poemas eran lo suficientemente «musicales» para ser cantados, cómo se azoraban proponiendo versos o se preocupaban por quién iba a ponerlos en solfa. Todos los que lo han hecho han mimado los poemas propuestos hasta musicarlos varias veces para poder descartar y dejar una versión, pidiendo opinión al autor, documentándose, jugando en su terreno sin perder de vista el propio. 
Aquí están los poemas escritos y lo que los músicos les vieron dentro para que así los bardos y sus obras regresen allí donde las semillas de las palabras buscan fecundarse. 

© Manuel Garrido Palacios

VASCO PRATOLINI

Las muchachas de Sanfrediano
VASCO PRATOLINI
Trad. del italiano: Amelia Pérez de Villar
Editorial Impedimenta

«Vasco Pratolino es uno de los grandes escritores realistas italianos del siglo XX»
(J. Ernesto Ayala-Dip (El País)

LA JOYA DEL NILO

LA JOYA DEL NILO

Los cocineros del barco La joya del Nilo salen al comedor tocando adufes para celebrar el cumpleaños de alguien. Apagan las lámparas y a la luz de las velas cantan con un ritmo recio que invita a los comensales, ya en los postres, a compartir la alegría del evento en honor de la vida. Se diría que el chef ha ideado la cena ligera con vistas a la fiesta, pues se compone de barbo con salsa picante y una exquisita variedad de verduras, algunas, desconocidas a los paladares occidentales. La tarde fue para visitar las gigantescas canteras de granito de Asswan, en las que, al tiempo que usan máquinas para la extracción, parte del transporte se siguen haciendo a base de infinitas filas de porteadores con su piedra al hombro, lo que da la sensación de que quedó una pirámide por rematan.
Así tuvieron que levantar las muchas que hay o las columnas de Karnac. En miles de años no cambió la escena ni el método utilizado para romper las moles graníticas metiéndoles cuñas de sicomoro. Todo parece como entonces en esta orilla del Nilo, por cuyas aguas transitan cientos de barcos de pasajeros y falucas a vela. La mañana fue para llegar a Abu Simbel. El vuelo permitió gozar del desierto al alba y estrenar asombro ante la riqueza de tonos que nunca podrán salir de la paleta de un artista humano. Mañana, tarde y noche de un día. Desierto, piedra y danza. Ayer fue Edfú, ciudad sumida en su laberinto de tráfico de calesas sobre las que, sin insultos, ni cabreos y a velocidades de vértigo se pierde el sentido de izquierda y derecha.
La experiencia de viajar en una de ellas suele asustar al recién llegado, pero deja indiferentes a los habitantes de este caos porque saben que, a pesar del lío, no habrá tragedia: para eso –dicen- andan por aquí dioses protectores cuidando el desordenado orden en el que, incluso los vendedores de hermosas ropas trepan al pescante manejando técnicas de seducción tan finas que te hacen caer en la comprar, que es una manera de vencer la tentación. Si en principio no lo tenías pensado, ves que te ponen en las manos un tacto de algodón suave por tres libras egipcias y, cuando crees que has cerrado la ganga, la compra crece como por encanto. Y te dejas seducir porque vas a ver un gran templo, porque te sientes bien, porque después volverás al Nilo para seguir viaje hacia sus fuentes, seis mil kilómetros arriba, y porque sí, que es buen argumento a esa hora. ¿Para qué discutir ante esta explosión de vida en un lugar tan antiguo como la razón, donde olor y color se mezclan con el canto del almuecín que arenga al alma desde el minarete? Cuando Abdul quiere acelerar grita al caballo: ¡Alé Ferrari!, y avisa ¡Aten! a cada bache, no sea que el viajero salte del asiento y desaparezca; eso, sin dejar de advertir que el animal merece una propina aparte para pienso. Esto pasó ayer en Edfú. Hoy el día nació con la mágica visión del desierto y siguió con la roca que rompe el sicomoro para llegar de noche al comedor del barco donde se danza al ritmo de adufes en honor de quien cumple años. De quien ha vivido hasta aquí.

© Manuel Garrido Palacios
© Fotos MGP.

Workshop de Organização de Eventos

Formadora: Cristina Braga
7-14 junio 2015 · Museu de Portimão (Portugal) 


Este workshop pretende fornecer as ferramentas fundamentais para planear e gerir as várias etapas necessárias à criação de um evento, com uma abordagem teórica e prática.
Informações e Inscrições cristinabraga.formacao@gmail.com


EL HOMBRE QUE NUNCA EXISTIÓ

 LAS CARAS OCULTAS DE HUELVA EN LA II GUERRA MUNDIAL
William Martin
El hombre que nunca existió
DIEGO LOPA GARROCHO
Colección Experiencias
El autor ante la tumba de William Martin

Diego Lopa Garrocho
Luces y sombras sobre la tumba de William Martin
El hombre que nunca existió
Conferencia
Presenta: J. Fernández Jurado
Centro de visitantes “Puerta del Atlántico”


PAUL STRAND

PAUL STRAND
Exposición · junio 2015
SALA DE EXPOSICIONES BÁRBARA DE BRAGANZA nº 13
FUNDACiÓN MAPFRE

La itinerancia internacional de esta exposición ha sido organizada por et Philadelphia Museum of Art en colaboración con FUNDACIÓN MAPFRE y ha sido posible gracias a Terra Foundation for American Art.

Escritores por Ciudad Juárez

Encuentro de Escritores en Ciudad Juárez

En 2011 un grupo de escritores comprometidos con la paz en la frontera de México (estado de Chihuahua) convocaron el "Encuentro de Escritores por Ciudad Juárez", encuentro que nos acercó allá donde la palabra era más necesaria, donde la violencia devoraba los sueños colectivos. Se buscó recuperar los espacios públicos, secuestrados por el miedo y provocar la convivencia donde se imponía el lenguaje de las armas. La experiencia fue intensa y gratificante, aún cuando se trataba de percibir una realidad muy dura y violenta, que en ocasiones nos parecía lejana y ajena, pero que nos comprometía por igual a quienes entendemos que la violencia es siempre una agresión a la conciencia individual y colectiva. En 2012 se lanzó una convocatoria, que consistía en organizar recitales y lecturas en distintas ciudades del mundo, coincidiendo con la celebración del “Encuentro de Escritores en Ciudad Juárez”. Escogimos esta ciudad fronteriza y multicultural, como icono de todos los pueblos y ciudades que necesitan el aliento y la esperanza de un tiempo mejor. La primera edición de estas lecturas solidarias fue el 1 de septiembre de 2012, y a ella se sumaron grupos y personas en 131 lugares de 24 países. Ahora se convoca por cuarto año las lecturas el VIERNES 2 DE OCTUBRE DE 2015, de manera simultanea bajo un mismo cartel: “Escritores por Ciudad Juárez", con libertad sobre donde hacerlo: casas particulares, plazas públicas, librerías, teatros, escuelas, centros culturales, etc., del tiempo de duración y del número de participantes. Las reseñas y las fotos de los actos que nos hagáis llegar las pasaremos al blog: 
escritoresporciudadjuarez.blogspot.com

POESÍA EN HEBREO


POESÍA CONTEMPORÁNEA EN LENGUA HEBREA
(Antología)
Libros del Aire / Col. Jardín Cerrado
Pról. Leonardo Senkman
Ed. y trad. Luisa Futoransky
Marta Teitelbaum

"Esta obra es una muestra, un caleidoscopio confeccionado con trece voces (Jaim Guri, Dan Paguis, David Avidan, Dalia Ravicovich, Ahron Shabtai, Yona Wollach, Agui Mishol, Naim Araidi, Ronny Someck, Salman Masalha, Admiel Kosman, Yudit Shahar, Sara Friedland Ben Arza), vidrios esmerilados y coloridos del complicado damero que es la poesía en hebreo de hoy, en la que siempre soplan airados vientos levantinos, donde la muerte no es una intrusa sino una compañera no siempre silenciosa que fisgonea a nuestro lado y sobrevuela la casa del vecino”.

Editorial.

FREUNDLICH

FREUNDLICH
Composición, 1930
Musée de Saint–Etienne
Ródano-Alpes. Francia

Diccionario de la Lengua Española






presentación del
Diccionario de la Lengua Española
Participan
D. Darío Villanueva, Director de la Real Academia Española
D. Gerardo Piña-Rosales, Director de la Academia Norteamericana de la Lengua Española
D. Jorge Ignacio Covarrubias, Secretario de la ANLE
D.ª Nubia Macías, Directora Grupo Planeta, México
27 mayo 2015 · 7 tarde · Instituto Cervantes · Nueva York
  
Academia Norteamericana de la Lengua Española (Nueva York), Instituto Cervantes (NY), Editorial Espasa Calpe 
Madrid), Real Academia Española (RAE) (Madrid) Editorial Planeta

Retablillo del aprendiz y el maestro

Manuel Garrido Palacios
Retablillo del aprendiz y el maestro
Ed. El Pirata · Fuenteheridos

Pieter Brueghel

Torre de Babel (1563)
Pieter Brueghel

Cedeira

Cedeira


Mientras escribo llueve en Cedeira y se hace mágica la visión del campo brillante, del mar bravío, de cuanto envuelve el agua como en una ablución total para purificar el ambiente. Desde la Iliada al Evangelio los textos de todos los tiempos y países hablan de este ritual. La ablución es un medio natural y mágico de apropiarse de la fuerza invisible del agua. Natural porque limpia. Mágico porque si limpia, sana. En Galicia el agua es consustancial al paisaje, sea costero: Atlántico y Cantábrico, o fluvial: el Tambre, el Sil, el Miño, deificados en la antigüedad, donde se bañaban niños para preservarlos o curarlos de males. En el río Lufo el rito consistía en sumergirlo vestido tres veces, tras de lo cual se dejaba la camisa flotando. Si quedaba arriba, el niño sanaba; si se hundía, no. El río Limia es el Leteo gallego. Los romanos creían que su agua producía el olvido. En otras aguas se sumergía la gente la noche de San Juan, previo a colgar en la rama de un roble la ropa, en la creencia de que se mantendrían sanos hasta el siguiente San Juan. Los ríos-dioses eran alimentados con pan y grano por si hambreaban, y en sus fondos hurgaba la imaginación buscando seres mágicos, maravillosos, tesoros ocultos, vida, en suma, menos desabrida que la de la escueta realidad. Los ríos eran seres vivos: el nacimiento era la cabeza, el curso, el cuerpo, los afluentes los miembros y la desembocadura la muerte. Una costumbre cerca de Tuy consiste en poner en las aguas del río una cestilla con la ropa del niño enfermo y una vela encendida. Según la llama permanezca o se apague así será la curación o no. Agua para la «comancia» era aquella que usaban las mujeres nuevas para saber su porvenir en amores: se echaba agua en un recipiente y sobre ella un huevo cascado. Según la forma que tomara, así era el perfil del futuro amante. El agua del rocío en las flores era buena para males de la piel, y con aguas dejadas al recencio sanaban los niños engenidos; al alba se llevaba el crío a una fuente de las que no se secan y la ropa mojada se tiraba tras el laveteo; con ella se iba el mal. Igual que se curaban otros males con aguas tomadas noches nones seguidas. En Galicia existe la creencia de que es bueno dejar al ganado al relente, o al orballo la noche de San Juan, pues con ello se le evita al animal el mal de ojo, o verla correr limpia para que los niños curen de la tos ferina. Aguas cuajadas de virtudes, santas donde las haya, para lavar manos, pies, pechos, cuerpos enteros. Augas Santas que se llevan en su corriente males de ojo, de viento, dolores, fiebres, sinsabores de alma, tristezas. Cierto zahorí, en vez de la vara de avellano se fiaba de los síntomas de su cuerpo: si sentía una molestia en los testículos es que barruntaba agua en la zona, cosa que llegaba a dolor irresistible al ponerse encima de la capa freática.
Todo esto me sugiere el agua de vida que se posa dulce sobre Cedeira, pueblo que veo tras la ventana.

© Manuel Garrido Palacios
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