Manuel Crespo

BIOGRAFÍAS INTERRUMPIDAS
Goethe - Beethoven: una amistad imposible
Manuel Crespo


Un libro es como el pan, un pan especial que alimenta el alma; pan hecho de esa pasta incolora que resulta de amasar el saber y el sentir. Manuel Crespo, Catedrático de Dibujo, sacó en su dia a la luz un homenaje a un escritor alemán nacido hace más de doscientos cincuenta años, a quien valora como 'ave fénix' que sobrevuela sin oposición las letras europeas. Si se tuviera que trazar el perfil de Johann W. Goethe, en 'Biografías interrumpidas', con una frase de las que Crespo le dedica, ésta sería la de 'profundo descifrador de almas'.
Pero después de leer sus páginas, a uno se le queda la impronta de que Crespo, más que de Goethe, de Brentano, de Rollain y de otros de la época, de quien quería hablar era de uno de los dioses de su olimpo íntimo: Beethoven, músico al que conoce, al que ama, al que comprende con una especie de genial ingenuidad en el ver, oír y sentir. Y no sólo por las citas que enriquecen su libro, como la de la carta de Bettina a Goethe: 'Es de Beethoven de quien quiero hablarte ahora, en cuya presencia me olvidé de ti y del mundo entero', sino por su propia pasión por el músico, porque, sin leer una sola de sus partituras, Crespo ha sido capaz desde siempre de enseñarnos ese alma tanto en fondo como en forma, de descifrar el misterio creativo de aquel ser humano de excepción, artista y hombre bueno del que dijo Haydn que jamás sacrificaría un bello pensamiento a una regla tiránica.
Vienen al papel estas palabras porque ya en los tiempos del Santafé me preguntaba por qué Manuel Crespo no había estudiado música en vez de pintura, para internarse 'del todo' en los monumentos sonoros que, sin duda, constituían su gran alimento espiritual. La respuesta quizá la intuyera entonces, cuando yo me afanaba en el Conservatorio y él en Bellas Artes; respuesta que trae en su magnífico libro, no en su boca, sino en la expresión de otro dios: Mozart, cuando a punto de conocer a Beethoven dice: 'Ni la inteligencia, ni la imaginación, ni las dos unidas hacen al genio. Sólo el amor puede hacerlo'.
Este libro-pan de Manuel Crespo me suena, digo, más que a un homenaje a Goethe, o a una sinopsis de la obra de Beethoven, a un tratado de amor hacia quien se sentía enormemente desgraciado porque, según confesaba en una carta a un amigo, su órgano más noble era el oído, y éste se hallaba muy débil. Igual porque lo exterior era pura miseria frente al universo interior que lo poblaba.

© Manuel Garrido Palacios

El día anterior al momento de quererle

Concha García
El día anterior al momento de quererle
Editorial Calambur
  
Nacida en Córdoba. Vive en Barcelona. Co-fundadora del Aula de Poesía, preside la Asociación Mujeres y Letras. Se le considera un referente de su generación. Premio de Poesía Barcarola. Entre sus obras: Rabitos de pasas, Por mí no arderán los quicios ni se quemarán las teas y Árboles que ya florecerán.
A partir de elementos presentes en su intensa trayectoria poética, El día anterior al momento de quererle es, paradójicamente, un libro iniciático que se sostiene en la inminencia y, a la vez, en la memoria; en él recorre las épocas de la vida que incluyen también la de los antepasados y la de los muertos, cuyas voces resuenan en los vivos.

(pág. 37)
Ahora llueve, menos mal que
llueve para que en mi corazón
quepan las anchas salpicaduras
desde el suelo hacia la tierra, y
el pacto que ayer hice con la única
maceta de la casa, una flor de ceibo
color rojo, más intenso
cuando la cambias de lugar. En el
risueño horizonte de la ventana palidecen
tres inusitadas hormigas fuera de su ruta
caídas del cielo, oprimidas,
las gotas de rocío forman pequeños regueros
como cuando un caracol se introduce
en espesas azaleas

© Concha García