Editorial Calambur
‘Trovadores de silencios’
es un libro para compartir un disfrute de voces y de versos: puro deleite para
los sentidos. Un CD anejo trae las interpretaciones musicales de los
cantautores Luis Eduardo Aute, Luis Felipe Barrio, Javier Bergia, Carlos
Chaouen, Fernando Márquez el Zurdo, Alejandro Martínez, Rafa Mora / Moncho
Otero, Ángela Muro, Juan D'ors, Amancio Prada y Guadalupe Urbina –cada cual con
su nómina de instrumentistas–, de poemas de Marcos R. Barnatán, J. M. Caballero
Bonald, Rosa Díaz, Ilia Galán, Jesús Hilario Tundidor, Miguel Losada, Javier
Lostalé, José Mª Merino, Juan Carlos Mestre, Esther Peñas, Jaime Siles y Luis
Antonio de Villena.
Las músicas van con las
palabras sin alterar el aire que ya, como Poesía, las envuelve. Cada músico se
adapta a los poemas y suma al de los versos el encanto de las notas, generando
una audición sin estridencias, calmada, pensada, sentida, que parece fácil. El
conjunto responde a lo que se pretende: anchar el horizonte en el campo de la
Poesía y que ésta tire de músicos de rango para que le compongan una melodía
adecuada, la armonicen, le den su ritmo y la canten.
Hace unos años nos
llamaron a 13 realizadores para que hiciéramos un retrato filmado de 13
cantautores. Vine de Dublín y puse en imágenes la obra de Benedicto en tierras
de Compostela. Pilar Miró hizo lo mismo con Aute y cada cual dio su visión del
cantautor asignado. Ante el disco ‘Trovadores del silencio’ he recordado esta
serie, que llevaba por título ‘Yo canto’, y me ha parecido estar en aquel
cogollo mágico estudiando cada canción para sacarle la plástica que sugería.
Según las notas de Esther
Peñas y de Ilia Galán, editoras de la obra, en este caso ha sido emocionante
ver el regocijo con el que los poetas se alborozaban pensando en si sus poemas
eran lo suficientemente «musicales» para ser cantados, cómo se azoraban
proponiendo versos o se preocupaban por quién iba a ponerlos en solfa. Todos los
que lo han hecho han mimado los poemas propuestos hasta musicarlos varias veces
para poder descartar y dejar una versión, pidiendo opinión al autor,
documentándose, jugando en su terreno sin perder de vista el propio.
Aquí están los poemas
escritos y lo que los músicos les vieron dentro para que así los bardos y sus
obras regresen allí donde las semillas de las palabras buscan fecundarse.
© Manuel Garrido Palacios