Danza en Las Ramblas





Danza en Las Ramblas
Foto: Héctor Garrido




Este hombre cuelga un casete en la rama de un árbol frente al Liceo y mientras duran las pilas baila y baila poseído por un afán. La música que surge la interpreta sin parar y sin cambiar de vestimenta ni estilo, sea tango, flamenco, vals o charanga: lo que encaja en su gusto. Las Ramblas son un universo como los Campos Elíseos parisinos, la Plaza de España romana o el Hyde Park londinense. Universo con sus ruidos, sus héroes, sus artistas, su público, que aplaude, o deja caer en el platillo una moneda, o se limita a mirar gratis. En suma: comparte lo que el artista ofrece y pasa a ser espectador de todos los tiempos para el que no hay formas ni temas fuera de moda. El bailarín está solo, pero es el más fuerte porque resiste esa soledad. No tiene a su servicio las tablas del Liceo, pero alcanza con la mano la vida simple, la vida para vivirla, aunque sea sintetizada en un público minoritario, abúlico, con prisas. Si la vida es aquello que pasa mientras miramos hacia otro sitio -dijo Lennon-, este hombre consigue con su número ramblero que el caminante, que no pensaba vivir ese día más que lo programado, disfrute de una quietud de minutos al verlo actuar y, de camino, caiga en la cuenta de que la vida pasa para él también, porque nada hay más doloroso que vivir ajeno a que se vive. Y no se inquieta si alguno se ríe de su actuación. Se planta sombrero y faja y penetra en la danza pensando que todos danzamos de alguna manera al ritmo del son que nos obliga la música de las circunstancias. Él, al menos, tiene el privilegio de escoger ese son y de bailarlo cuando le place o le conviene, jamás a la orden de la voz de ningún amo. Sabe que la soledad es un refugio contra muchos peligros y que en ella sólo hay un enemigo: uno mismo. Pero el mundo que gira, el Universo entero puede estar contra uno. Lo que quiere decir este hombre sin querer decir nada es que, se actúe en el Liceo o en su puerta, arropado por subvenciones o a pulmón limpio, protegido por despachos oficiales o por la nada, el arte no es patrimonio de los que deciden tú sí y tú no, sino del alma humana, y que quien ande sordo ante tal poesía, viene a tener la sensibilidad de una bestia.

© Manuel Garrido Palacios

Libro de las utilidades de los animales

Libro de las utilidades de los animales
Códice del siglo XIV
Compilador en árabe:
Ibn alDurayhim el de Mosul
Prólogo, traducción y notas:
Carmen Ruiz Bravo-Villasante
Fundación Universitaria Española
Madrid

El manuscrito de Las utilidades de los animales de El Escorial, es uno de los códices árabes mejor conservados que hay en España. Su interés radica en la calidad artística de sus miniaturas, riquísimo exponente de la estética árabo-islámica imperante en el Próximo Oriente entre los ss. XII-XIV, destacado por los especialistas en las historias del arte árabe. La traducción del manuscrito, hasta aquí inédito, resalta la originalidad del contenido, que resume una vieja tradición médica y folklórica de utilización de los órganos animales, y añade la descripción de estos mismos animales, representados en las miniaturas. 


Ed. 

Fernando Martínez Checa


Baños flotantes en la ría de Huelva (1897)
Fernando Martínez Checa
(Requena 1858 – Baeza 1933)
Óleo sobre lienzo
Museo de Huelva

El español académico

María Luisa Regueiro Rodríguez
Daniel M. Sáez Rivera
EL ESPAÑOL ACADÉMICO
(Guía práctica para la elaboración de textos académicos)
Editorial ARCO/Libros


Ante las nuevas tareas que Bolonia y el Espacio Europeo de Educación Superior exigen a alumnos, profesores e investigadores y la próxima celebración de la Semana de la Ciencia, el Decano de la Facultad de Filología, Dámaso López, y los investigadores del CSIC, Lidio Nieto y Leonardo Gómezpresentaron El español académico. Guía práctica para la elaboración de textos académicos. Fruto de un largo proceso de investigación llevado a cabo por María Luisa Regueiro y Daniel Sáez, del Departamento de Lengua Española, Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la UCM, busca constituirse en un instrumento útil para la elaboración y la expresión del conjunto de textos orales y escritos representativos de la actividad científico-académica. El texto se inicia con la caracterización del lenguaje y del estilo académicos y sus relaciones con el lenguaje científico al que sirve de medio de transmisión y de generación de conocimiento; y la configuración textual, con la exposición y la argumentación como marco expresivo fundamental. Se describen, junto a pautas y recomendaciones para su elaboración, los géneros académicos más frecuentes: los expositivos, como el resumen, el abstract, el manual; y los expositivo-argumentativos: la nota, el artículo de investigación, la monografía, la reseña y los trabajos de tutelados de Fin de Grado y de Máster. Los géneros académicos orales se abordan de forma más breve pero igualmente práctica: la clase magistral y la exposición oral del alumno; la comunicación, la ponencia, la mesa redonda y la presentación de pósteres en congresos y reuniones científicas. Finalmente se detallan los procedimientos de cita y de elaboración de la bibliografía; y se proporcionan pautas precisas de forma comunes a las diferentes disciplinas científicas. Con un lenguaje didáctico sólidamente fundamentado en la investigación científica, el texto ha sido elaborado pensando especialmente en el alumno universitario y en los múltiples desafíos a los que debe enfrentarse en el marco académico; también en los profesores responsables de su orientación para facilitar su tarea orientadora. 

María Luisa Regueiro es Profesora Doctora del Departamento Lengua Española, Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Facultad de Filología, en la Universidad Complutense de Madrid. Antes fue docente en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad Tecnológica Nacional (Argentina). Desarrolló tareas lexicográficas en la Real Academia Española y desempeñó la dirección editorial de FCE-España (1990-2001). Sus trabajos de investigación se centran fundamentalmente en Semántica y Lexicografía, Gramática, Discurso académico español y Didáctica y Lingüística Aplicada a ELE.

Daniel M. Sáez Rivera es Licenciado en Filología Hispánica y Románica, y Doctor (con Premio Extraordinario) en Filología Hispánica (Universidad Complutense de Madrid). Ejerce como profesor de Lengua Española en el Departamento de Lengua Española y Teoría de la Literatura y Literatura Comparada (UCM). Sus líneas de investigación principales son la Historia de la Lengua Española, la Historiografía Lingüística, la Sociolingüística, la Lingüística Aplicada (ELE/TeI) y la Bibliografía. 

EE.

Botticelli



Botticelli
Galleria degli Uffizi. 
Florencia

Allegoria della  Primavera
(detalle)

Ritratto di gentiluomo con medaglia








Allegoria della Primavera (detalle)




La Fortezza





Rafael Narbona





MIEDO DE SER DOS
Rafael Narbona
Ed. Minobitia
Prólogo: Javier “Nix” Calderón
Prefacio: Miguel Sánchez Ortiz




Rafael Narbona considera que la vida sólo es tolerable porque existe el cine y la literatura. No es extraño por tanto que los fantasmas de Marilyn, Audrey Hepburn o Sylvia Plath se paseen por las páginas de este texto, a medio camino entre la autobiografía y la ficción, pero sobre todo un exorcismo y un relato vital que, siguiendo la guía caprichosa de la bipolaridad sufrida, rastrea el sentido de una existencia. Es también un paseo por la historia de España, un viaje desde la intrahistoria en el que nos acercamos a años grises, los que van desde la guerra civil y la posguerra a la Transición, hasta el ligero atisbo de color que supusieron los 80 y su Movida. Rafael Narbona es escritor, crítico literario y profesor de filosofía. Colaborador de Revista de Libros, Quimera, Cuadernos Hispanoamericanos y Claves de Razón Práctica, actualmente escribe en El Cultural.


Revista de Folklore nº 381







Revista de Folklore nº 381
Urueña. Valladolid




Sumario:

Editorial
Joaquín Díaz

Los estudios de alfarería popular en Castilla y León
Antonio Bellido Blanco

Trasfondo medieval de los relatos acerca de gauchos matreros pero milagreros
(República Argentina, siglos XIX-XXI)
Margarita E. Gentile

El cultivo de la vid en Guadalix de la Sierra (Madrid)
José Manuel Fraile Gil

De la gramática
Justino Rodríguez


Querido Borges





PREMIO 
QUERIDO BORGES de NARRATIVA 


Rembrandt-huis . Amsterdant






MUSEO HET REMBRANDT-HUIS
Ámsterdam













Trois Têtes de femmes,
probablement Saskia, c. 1637







Muere Windtmühle , 1641

Manuel M. Pinturache

© Manuel M. Pinturache
Fotógrafo
Elevador da Bica
Lisboa 2003

Michel Waldmann

© Michel Waldmann
Fotógrafo
Sesimbra 1990

Alfredo Cunha

© Alfredo Cunha
Fotógrafo portugués
Lisboa 1973

Algarve y Andalucía · Fotógrafos

Geografía del Agua y otros sueños
Exposición

Fotógrafos de
Algarve y Andalucía
Museo Palacio da Galería
Tavira (Portugal)


A través de la fotografía podemos ver el sueño de la nube, de la quietud de la concepción de los Everglades o el riesgo en la tormenta. La fotografía nos da la posibilidad de cercanía y distancia, geografías y otros sueños de agua. Ocho artistas del Algarve y de Andalucía, mediante la fotografía, el vídeo y otros elementos visuales como formas expresivas, con diferentes puntos conceptuales y artísticos de la vista, fondos y vías generacionales, muestran al públicos estos universos territoriales y subjetivos: 




Rafaela Rodríguez *
Antonio Camoyán *
Manuel Alexandre *
Vasco Celio *
Héctor Garrido *
Joan Braganza *
Miguel Proença *
Rafael Luna *


© Jorge Queiroz

Carles Riba

ELEGÍAS DE BIERVILLE
Carles Riba
Ed. bilingüe catalán-castellano
Trad. y prólogo: Marta López Vilar
Libros del Aire




Carles Riba (Barcelona, 1893-1959) es una de las figuras intelectuales más importantes del panorama peninsular del siglo XX. Poeta, traductor, profesor universitario y catedrático de griego, introdujo en España las nuevas corrientes literarias de la Europa del momento con sus lecturas y análisis de Hölderlin, Valéry, Rilke o Eliot. Eminente traductor de lenguas clásicas y modernas, le debemos traducciones magistrales de Homero, Plutarco, Sófocles, Hölderlin o Cavafis. El exilio en 1939 marcó para siempre su obra y su vida, a pesar de su regreso a España en 1943. Entre sus obras principales se encuentran: Tres suites (1937), Elegies de Bierville (primera edición en 1942), Del joc i del foc (1946) o Salvatge cor (1957).
La edición en 1942 de las Elegias de Bierville supuso el inicio de un nuevo rumbo en la poesía no sólo de Riba, sino también de toda la lírica catalana y peninsular. En sus páginas se plasma el viaje de regreso a un alma que intenta recuperar todo lo perdido durante un exilio devastador. Así, estas Elegías de Bierville presentan al lector la desnudez de una voz estremecida ante la tragedia del exilio, el encuentro con una Grecia recordada que el autor bellamente reconstruye como una patria de salvación y vida ante la desposesión y la muerte. Sin duda, una obra necesaria que plasma de manera magistral tanto el dolor por la tierra perdida, como el encuentro con la existencia de un hombre que sufre y se salva a través de su memoria.
Marta López Vilar (Madrid, 1978), traductora y prologuista de esta edición, es licenciada en Filología Hispánica (UAM). Como poeta, obtuvo en 2006 el premio Blas de Otero con su libro De sombras y sombreros olvidados (Madrid, 2007), y en 2007 el premio “Arte Joven de Poesía” de la Comunidad de Madrid con La palabra esperada (Madrid, 2008). Como traductora de literatura catalana ha publicado Dos viajes al más allá (Madrid, 2005) y traducciones de poesía catalana y griega contemporánea en las revistas Salamandria o Hache. Ultima su tesis doctoral en la Universidad Autónoma de Madrid sobre el simbolismo y la mística en las Elegías de Bierville de Carles Riba.

© Editorial

Javier Sánchez Menéndez



EL VIOLÍN MOJADO
Javier Sánchez Menéndez
Col. LdA/poesía nº 13
Libros del Aire

El violín mojado se publicó por primera vez en 1991. La crítica destacó su frescura innovadora y su vitalidad poética. He aquí una nueva edición de la obra con estudio de Rocío Fernández Berrocal.
(Editorial)


Si algo nos emociona de El violín mojado, es la manera en que su autor hace dialogar lo externo con la intimidad de quien observa y, además, escribe. Los poemas de Javier Sánchez Menéndez destilan una experiencia vivida que le sirve como punto de partida para la reflexión y el pensamiento. Un viaje que conduce al lector a través de diversos tránsitos, cortos, intensos. La forma de suceder de estos poemas, concluidos en muchos casos de manera rotunda y brillante, nos dan la pista de alguien que es, ante todo, un poeta. «Variación de Moguer», uno de los últimos poemas que integran El violín mojado, justifica por sí solo la publicación de un libro como este.

QUIMERA. Revista de Literatura
http://quimerarevista.wordpress.com/author/redaccionquimera


  FALTAN PALABRAS EN EL DICCIONARIO
(Poemas escogidos 1983-2011)
 Libros del Aire

Javier Sánchez Menéndez (Puerto Real, Cádiz, 1964), es autor de los poemarios Motivos (1983), El violín mojado (1991), Introducción y detalles (1991), Última cordura (1993), La muerte oculta (1996) y Una aproximación al desconcierto (2011). También ha publicado las obras Sobre la literatura y el arte (1986), Poesía contemporánea en Sevilla (1987), Poesía Sevillana (1950-1990) (1992), La vida alrededor (2010) y Poesía para niños de 4 a 120 años (Antología de autores contemporáneos) (2010). Ha colaborado como articulista y crítico literario en diferentes medios de comunicación y revistas especializadas. Dirige Ediciones de la Isla de Siltolá. Faltan palabras en el diccionario recoge una selección de su poesía publicada, e incluye también poemas inéditos.

(Editorial)

José Manuel Suárez


  José Manuel Suárez
Pintura de interiores
(Cuarteto)
Colección Jardín Cerrado
Libros del Aire 



Pintura de interiores reúne cuatro títulos: Inquieta levadura, Azul sin fingimiento, De piedra encendida y yerta y Donde las manos ven. Formalmente distintos, los hermana la búsqueda que emprenden. El conjunto recibe la consideración de cuarteto no sólo en el sentido obvio del número sino en referencia a aquella composición musical en la que los distintos motivos y frases se encuentran en mutua relación en cuanto a su despliegue y desarrollo internos. Dice el autor que "...todo tiene su adentro al llegar horadando el camino, un interior donde las manos ven, un cierto hogar que nos espera y nos abre la puerta y nos invita a entrar, habitando la casa en que ya estamos”. Un doble hilo unificador recorre los cuatro títulos: el sugerido por el pensamiento de Pascal sobre la importancia de estar en el sitio de uno, y el poetizado por Eliot sobre la esencial identidad de todas las cosas en el mundo.

Ed.

La Dorotea y Tercera Celestina






Ed. de Juan B. Bergua
Madrid (sf)


La Dorotea
Lope de Vega

"Escribí La Dorotea en mis primeros años, y habiendo trocado los estudios por las armas, debajo de las banderas del excelentísimo señor duque de Medina Sidonia, abuelo de vuestra excelencia, se perdió en mi ausencia, como sucede a muchas; pero restituída o despreciada (que así lo suelen ser después de haber gastado lo florido de su edad), la corregí de la lozanía con que se había criado en la tierna mía, y consultando mi amor y obligación la vuelvo a la ilustrísima casa de los Guzmanes, por quien la perdí entonces; donde si viniere de buen semblante, será en ella alguno de los armiños de sus generosas armas; y si vieja y fea, la opuesta sierpe a la insigne daga del coronado blasón de su glorioso timbre, Vuestra excelencia tiene el nombre de Bueno por naturaleza y sucesión de tantos príncipes que lo fueron; con esto sólo lisonjeo su grandeza, pues es título que se traslada del mismo Dios, que guarde a vuestra excelencia muchos años”.

Frey Lope Félix de Vega Carpio
Tragicomedia
de
Lisandro y Roselia
llamada Elicia
y por otro nombre
Tercera Celestina
Sancho Muñón

“Necia querella es, ilustre Señor, los que componen escrituras de cualquier calidad que sean, intitularlas a señores y príncipes de sus tiempos. para darles autoridad y favor con el nombre de aquellos a quien van dirigidas, conforme a lo que dice Píndaro, que en todas las cosas el principio ha de ser esmerado. Y como yo los años pasados tuviese vacación de graves y penosos estudios, en que he gastado los tiempos de mí mocedad, buscando alguna recreación de los trabajos pasados, compuse esta obrilla que trata de amores, propia materia de mancebos. Cuando digo de amores no digo cosa torpe ni vergonzosa, sino la más excelente y divina que hay en la naturaleza; dejo los loores que del amor dice Platón en su Simposío; dejo lo que en la Teogonía escribe Hesiodo, que el amor es el más antiguo Dios entre todos los dioses; dejo lo de Ovidio, que el amor tiene domínio universal, y reina sobre los Dioses y sobre los hombres, y dejo otras infinitas autoridades que hablan de esta materia, porque sería nunca acabar. Sólo quiero decir que si a alguno pareciere no ser la obra digna de mi profesión y estudios, se acuerde que casi no hubo ilustre escritor que no comenzase por obras bajas, y de burlas y chuflas, tomadas de en medio de la hez popular. Y nor dejar otras que podría aquí decir, Homero, el más esclarecido poeta entre los griegos, las primeras obras que escribió para ejercitarse y ensayarse para las mayores fueron dos; la una La pelea de los ratones contra las ranas, y la otra de un hombre llamado Margites, inhábil para todos los oficios de la vida, de las cuales la primera dura hasta nuestros tiempos; de la otra, en el sexto de las Éticas de Aristóteles, y Plutarco, en los Morales, y otros autores hacen mención. Virgilio, asimismo, el más excelente poeta entre los latinos, ¿quién no sabe, antes que compusiese aquellas tres principales y divinas obras, haberse primero probado en la mocedad en aquella obrilla que se llama Pulga, y en las Priapeyas, obra deshonesta y de torpes e ilícitos amores, y en otras niñerías que todos leen en los que se dicen parvos? Lo mismo se lee de Lucano, esclarecido poeta, y de otros muchos autores, así griegos como latinos, como de nuestra nación, que dejo por no ser prolijo. Y así es que el orden en todas las cosas es comenzar por lo poco y proceder, como dice Prician, a lo que es más. Y dice sabiamente Séneca que si se consideran bien todas las cosas naturales, hallaremos tener muy pequeños principios; después el tiempo las engrandece y perfecciona. De lo sobredicho parece que no se me debe a mí atribuir a culpa, si determinado a escribir he comenzado por materias bajas y de pasatiempo, pues que, como en el primero de sus Oratorias Instituciones, escribe Quintiliano, digno es de perdón el que yerra, si sigue grandes capitanes. Buscando, como dije, favor a esta obriIla, acordé intitularla a vuestra merced, porque lo que por sí no puede, alcance por la sublimidad y méritos de vuestra merced, persona de tan esclarecidos antepasados […] Suplico humildemente a vuestra merced no mire el don, sino la voluntad del dador; a nadie, como dice Plinio, fue atribuído a vicio sacrifícar con lo poco que tuviese: yo al presente no me hallo con más precioso don. Placerá a Nuestro Señor que adelante pueda servir a vuestra merced con escrituras de materia subida y digna de persona tan clara y valerosa como vuestra merced, cuya ilustre persona y estado conserve Nuestro Señor, y aumente por muy largos años a su servicio”.


Sancho de Muñón

Ibn Darraj al-Qastalli




Ibn Darraj al-Qastalli
(958-1030)
Poeta natural de Cacela (Algarve)

Si en los jardines que habita
e impiden ver a mi dueño,
en los jardines del sueño
nos daremos una cita.

Umar Aḥmad ibn Muḥammad ibn Aḥmad ibn Sulaymān ibn Darrāğ al-Qasṭallī (958-1030) poeta hispanoárabe de origen bereber, nace en el Algarve. Autor de poesía áulica, de género heroico y panegírico al servicio de Almanzor y, desde 1018, al de los reyes tuyibíes de la taifa de Zaragoza. Ibn Darrach (también Darray o Darraj) al-Qastalli cultiva una poesía preciosista. Su estilo manierista se inspira en el gran poeta neoclásico al-Mutanabbi, pero la producción de Al-Qastalli, ejemplo de la sofisticación que alcanza la poesía de Al-Ándalus en la época de taifas, muestra una mayor complejidad barroquizante. Forma parte de la corte poética de Almanzor desde el año 992, en la que es admitido gracias al mérito de una casida improvisada con tema y rima forzados. Su poesía en este periodo se dedica a ensalzar la actividad bélica de Almanzor en sus campañas contra los reinos cristianos. En sus divanes, o colecciones de poesías, aparecen casidas compuestas al hilo de los acontecimientos, pues forma parte del ejército. Aparte del valor literario, interesan por su valor histórico, pues describe pormenores de las hazañas del caudillo andalusí. Muerto Almanzor, Al-Qastalli permanece al servicio de su hijo Abd al-Malik al-Muzaffar, al que acompaña en algaradas contra León y Cataluña. A partir de 1008, estalla la fitna, o guerra civil, lo que lo obliga a emigrar -tras una estancia en Ceuta, con los hammudíes y otra en Almería-, a la taifa de Zaragoza, siendo acogido por su rey Mundir I, donde trabaja como visir-secretario y panegirista de su corte. Como poeta áulico, glosa las hazañas bélicas del rey tuyibí zaragozano, y canta las ceremonias organizadas por Mundir I en 1021 en las que se celebra la boda entre los condes Berenguer Ramón I de Barcelona y Sancha, hija del conde Sancho García de Castilla. En ellas, Ibn Darrach parece querer competir con las que Al-Mutanabbi dedica a Sayf al-Dawla, y destaca cómo, con este enlace Mundir I se gana la alianza de estos dos condados (Castilla y Barcelona), para así oponerse a Sancho el Mayor de Pamplona, principal amenaza para su reino. En esta época está presente el recuerdo de las penalidades sufridas durante la guerra civil y la nostalgia de la Córdoba califal. Sus poemas ahora son más melancólicos y reflejan por primera vez en Al-Ándalus la pérdida del esplendor perdido. A Mundir I le sucede en 1022 su hijo Yahya al-Muzaffar, e Ibn Darrach continua a su servicio como poeta de su corte hasta su marcha a Valencia y luego a Denia en 1028, ciudad en la que muere en 1030.

 © Margarita La Chica Garrido
Almanzor y los poemas de Ibn Darray Al - Qastalli
Anales de la Universidad de Valencia (1973)

Ilyá Kamínsky





Bailando en Odesa
Ilyá Kamínsky
Colección Jardín Cerrado
Libros del Aire


"Desde su aparición en 2004, este poemario ha generado una constante ola de comentarios y reseñas entusiastas, y entre los elogios más recurrentes se ha enfatizado la exuberante imaginación de su autor, quien ha sido capaz de unir dos géneros en apariencia incompatibles: la poesía moderna y algo sugestivamente cercano a los cuentos de hadas.[...]"
© G. A- Chaves (Traductor y prologuista)

"Desfilan como aves humanas chagallianas el propio Chagall y los demás poetas que comparecen en el inconostasio de la barbarie estalinista o nazi; desfila Paul Celan, desfilan Isaak Bábel, Iosip Brodsky, Milosz, la Ajmátova o Bulgákov… quienes por ensalmo de la “razón poética” formulada por María Zambrano de repente actúan, de repente recorren Odessa conquistando muchachas en los tranvías o sacando a bailar a los taxistas."
© Miguel Veyrat (Reseña en Ojos de papel. Frag.)

Ilyá Kamínsky es crítico, traductor y profesor. Ha publicado tres libros de poesía: La ciudad santa, en ruso y en inglés, Música humana (2002) y Bailando en Odesa (2004). Por este último recibió en 2005, entre otros, el premio de la Academia Americana de Artes y Letras y la valoración entusiasta de la crítica norteamericana.
© Edit. 
ORACIÓN DEL AUTOR

Si he de hablar por los muertos, tendré que abandonar
este animal que es mi cuerpo,
deberé escribir el mismo poema una y otra vez,
porque una página vacía es la bandera blanca de su rendición.
Si he de hablar por ellos, deberé caminar
sobre el filo de mí mismo, deberé vivir como un ciego
que corre por los cuartos
sin tocar los muebles.
Sí, estoy vivo.
Puedo cruzar la calle y preguntar “¿Qué año es?”
Puedo bailar mientras duermo y reírme
frente al espejo.
Hasta dormir es orar, Señor,
yo he de alabar tu locura —y
en un idioma no mío, hablaré
de la música que nos despierta, la música
en que nos movemos. Pues cualquier cosa que diga
es una especie de súplica, y los más oscuros días
tendré que alabar.

LA TÍA ROSA

En uniforme de soldado, con zapatos de madera, ella bailaba
al inicio o al final de cada día, mi tía Rosa.
Su esposo salvó a una mujer embarazada
de una casa en llamas—escuchó risas,
la pequeña artillería de cada día—en ese incendio
se quemó los genitales. Mi tía Rosa
asumió hijos ajenos—se chasqueaba la lengua cuando ellos lloraban
y agosto bajaba las cortinas una tarde tras otra.
La vi, con tiza entre sus dedos,
escribiendo lecciones en un pizarrón vacío,
su mano se movía y el pizarrón seguía vacío.
Vivíamos en una ciudad a orillas del mar
pero había otra ciudad en el fondo del mar
y sólo los niños del lugar creían en su existencia.
Ella les creía. Colgó el retrato
de su esposo en una pared de su apartamento. Cada mes
en una pared distinta. Ahora la veo con esa foto, martillo
en la izquierda y clavo en la boca.
De su boca, un olor a ajo silvestre—
ella viene hacia mí en piyamas
peleando conmigo y con ella misma.
Las tardes son mi evidencia, esta tarde
en la que ella hunde sus manos hasta los codos,
la tarde duerme en su hombro—su hombro redondeado
por el sueño.

BAILANDO EN ODESA

Vivíamos al norte del futuro, los días abrían
cartas firmadas por un niño, una frambuesa,
 una página de cielo.
Mi abuela arrojaba tomates
desde su balcón, tiraba de la imaginación como de un mantel
sobre mi cabeza. Yo pintaba el rostro de mi madre.
Ella entendía de soledad,
escondía a los muertos en la tierra como si fueran partisanos.
La noche nos desvistió (yo le tomé
el pulso) mi madre bailó, y llenó el pasado
con duraznos y cacerolas. Con esto mi doctor se reía, su nieta
tocó mi párpado—yo la besé
detrás de su rodilla. La ciudad tembló,
un barco fantasma se hacía a la mar.
Y mi compañero de escuela inventó veinte nombres para judío.
Él era un ángel, no tenía nombre,
y sí, luchamos. Montados en tractores, mis abuelos pelearon
contra los tanques alemanes, yo guardaba una maleta llena
con poemas de Brodsky. La ciudad tembló,
un barco fantasma se hacía a la mar.
De noche, me despertaba a susurrar: sí, estuvimos vivos.
Estuvimos vivos, sí, no digas que fue un sueño.
En la fábrica local, mi padre
tomó un puñado de nieve, lo puso en mi boca.
El sol dio comienzo a su narración rutinaria,
blanqueaba sus cuerpos: madre y padre bailaban, se movían
mientras la oscuridad hablaba a sus espaldas.
Era abril. El sol lavó los balcones, abril.
Yo recuento la historia que la luz bosqueja
en mi mano: Librito, vete a la ciudad sin mí.

© Ilyá Kamínsky