Uberto
Stabile
UIC.
Foro Multidisciplinario
México
La
poesía y la literatura en general son lenguajes que permiten transformar la
realidad, y en tanto que la transforman pueden considerarse revolucionarios. La
literatura no es ajena a los flujos de uso y consumo dictados por los mercados.
Me interesa más la literatura que transmite ideas, que propone cambios, que la
otra que simplemente entretiene o incluso banaliza su propia naturaleza.
Activar esa conciencia colectiva, que se reconoce en el otro, es parte de mi
trabajo. Trazar puentes y cruzarlos, poner en contacto autores, que considero
pueden nutrirse mutuamente, es en parte la razón de esta labor, Pero mi trabajo
se centra más en el libro. Dar luz a la rica diversidad editorial que existe a
ambas orillas del Atlántico, es luchar contra las políticas de deforestación
editorial, y concentración que suelen dejar sin espacio a las pequeñas y
medianas editoriales que apuestan por un tipo de obras más comprometidas y
complejas.
La
poesía es un arma cargada de futuro, siempre toma partido, lo queramos o no.
Como dijeron los existencialistas franceses, ya nacemos comprometidos. Es una
herramienta mucho más amplia, que tiene cualidades que trascienden su
naturaleza artística y abarca un amplio radio de acción que puede integrar
aspectos de tipo religioso, terapéutico, didáctico o revolucionario.
Me
gustan los poetas que de alguna manera cuestionan el discurso único, el orden
establecido, que son poética y políticamente incorrectos, comprometidos en su
poesía y en ocasiones con su propia acción. Me gusta la poesía de la
conciencia, la que toma partido. En mi trayectoria es muy importante el
magisterio de mis coetáneos. Poetas como Jorge Riechman, Antonio Orihuela,
Fernando Beltrán, Eladio Orta, Enrique Falcón, Isabel Pérez Montalbán, Inma
Luna, Ana Pérez Cañamares o Carmen Camacho, son, entre otros y otras, los
autores a los que me siento más cercano. Creo además que, con sus distintas
variantes,son herederos de una tradición heterodoxa en la poesía española
contemporánea que cubre un amplio espectro, desde poetas sociales como Blas de
Otero o Gabriel Celaya a otros nombres de más difícil clasificación como Carlos
Edmundo de Ory, José María Fonollosa, Agustín García Calvo, Leopoldo Mª Panero
o Eduardo Haro Ibars entre otros. Pero en mi particular acervo, creo que en la
maleta caben además tres grandes infuencias: por una parte la generación Beat,
encabezada por la poesía de Allen Ginsberg, la tradición de poetas procedentes
del mundo de la música como Bob Dylan, Lluis Llach, Leo Ferré, George Brassens,
Patti Smith y sobre todos Leonard Cohen, y en tercer lugar y más recientemente,
los poetas que escriben en la actualidad desde la frontera norte de México.
En
cuanto a los escritores y su coherencia, conozco algunos nombres que pueden
citarse como paradigmas éticos, y seguramente existan muchos más que
desconozco, pero no me atrevo a juzgar esos aspectos. Creo que la coherencia es
algo que uno mismo asume, incluso a partir de sus propias contradicciones. Lo
importante es saber que existe esa posibilidad,y aunque no es un camino fácil,
tampoco es imposible.
© Uberto Stabile