Urueña y el cine


Urueña

Simposio sobre literatura y cine
La vida en imágenes

(Algunos asistentes)
Foto: Juan Hormaechea

Se celebró en Urueña el Simposio sobre Cine y Literatura organizado por la Fundación Joaquín Díaz. Palabras e imágenes en una convivencia justa para saber más de estas disciplinas, de estas artes. Entre las películas que pudieron verse contemos las de Manuel Gutierrez Aragón, que ofreció lo último que rodó en La Habana: ‘Músicas para vivir’, con un coloquio posterior enriquecedor, sin duda, para un auditorio gustoso de saber de los artistas que intervinieron y de los pormenores del rodaje; Basilio Martín Patino proyectó y habló de ‘Canciones para después de una guerra’, desvelando detalles poco conocidos de su obra que fue eco de una época y a la que dio forma en un tiempo difícil. Se vieron otros documentales, entre ellos, ‘Una boda en Castilla’ de Fernández Ardavín (1924) y ‘Las Hurdes, tierra sin pan’ de Luis Buñuel (1932).
Las ponencias se leyeron en el Centro e-LEA Miguel Delibes, y las inició Enrique Rubio, que desarrolló el tema ‘La novela decimonónica como texto y pretexto ideológico en el cine español de postguerra: Sáenz de Heredia y la novela El escándalo de Pedro A. de Alarcón’. Le siguió Salvador García Castañeda con ‘Don Juan Tenorio y el cine: presencia y parodia’. Vino después Inés Toharia y su ‘Sinfonía urbana’, dirigiendo la mirada a la ciudad con ‘De La salida de la fábrica a una lírica visual’, Juan Antonio Pérez Millán disertó sobre ‘La verdad de las mentiras: documental y ficción frente a realidad’, y continuaron Ingrid Kuschick, Raphael Parejo, E. Monema y otros. El ecuador lo marcó el concierto de Luis Delgado y su grupo basado en bandas sonoras cinematográficas, a lo que hay que sumar la Exposición de carteles de cine, programas de mano y pliegos de cordel con cantables cinematográficos del fondo documental de la Fundación.
Todo esto y más ocurrió en Urueña al iniciarse julio, así, sencillamente, sin poner solemne el gesto; hermosa propuesta cultural que este pueblo vallisoletano ofreció además de sus Museos de Campanas, de la Música, del Vino, de Gramófonos o la visita a la propia Casona donde se ubica la Fundación Joaquín Diaz, eje, corazón del evento.
Urueña es un enclave medieval que vive a la vez su pasado y un futuro inquieto; lo que ocurre en su seno es una especie de milagro humano con salas de exposiciones, estudios de grabación y restaurantes cuya calidad se transmite ya por tradición oral: ‘No dejes de visitar El Portalón, Pozolico, El Confidencial o el Mesón de la Plaza Mayor…’, entre otros. 


Los vecinos ven con un asombro sereno esta mezcla de ayer y de mañana que se produce en sus calles un ‘hoy’ con tanto alumno y tanto profesor recorriéndolas, sin contar con el viajero que pasa y sube o el bibliófilo que busca en esta 'Villa del Libro', como se le llama, textos en los establecimientos que abren sus puertas cada día o los fines de semana: El Rincón Escrito, Librería Páramo, Librería Enoteca, Alcuino Caligrafía, Grifilm, La Bodega Literaria, Bibliomanía, Boutique del Cuento, Librería Almadí, Museo del Cuento, Librería Alcaraván y el Taller de Encuadenación de Rosa y Fernando, especie de hospital por el que pasan libros en mal estado, antiguos, raros, viejos, desangelados, y salen como nuevos. 

Si la vida pasa como con prisas, los días del Simposio se gastaron con tanta rapidez que al escribir esta crónica horas después de la clausura, parece que no existieron. A los que estuvimos, sin embargo, nos quedó la magia de la palabra sabia sobre el arte de nuestro tiempo: el cine, que no es poco.


© Manuel Garrido Palacios
© Fotos de Joaquín Diaz con Basilio Martín Patino y Manuel Gutiérrez Aragon: MGP