CRÓNICA DE UNA MINERA
por
Patricia Chapela Cabrera
Hace mucho, el tiempo había
anestesiado las ganas, los anhelos y la ilusión. Una fragua de vulcano en sus
ojos fundía los recuerdos. Su cabeza aún sostenía, imaginariamente, la
bandeja que portaba la sustancia natural, sólida y sin vida: maclas y menas
que alimentaban los sueños. En la mina, una barcaleadora más; una de tantas
que iban y venían por el piso pulverulento de roca sulfurosa. Su falda, de
tela henchida por el movimiento eólico que emergía de entre aquellas piedras
calientes, tiznaba en azabaches.
En su olfato aún
mantenía intacto el olor azufrado que desprendían aquellos cantiles grises y
negros. Su turno comenzaba a las seis de la mañana en los días de tajo, y en
otros en los que no azuzaba la mina, viajaba a la capital en El Viajero para
vender las materias del huerto y los huevos de gallinas camperas, regresando
con el sustento en sus bolsillos.
Era como vela cangreja
del bergantín que asoma desafiante frente a las costas, la mayor de las
lonetas, junto al céfiro raudal que impulsaba la nave para flotar a los
suyos. Esposa, madre, amante, hija…era tantas mujeres a la vez, que apenas
podía contener en su ego, todos los vínculos de su familia minera.
Una mañana, la vaca,
bocina histérica anunciadora de turnos, paradas y otras cosas, suspiró
quebrando el aire. Una voz de nadie corría con el mensaje que no quería ser
escuchado.
Ella,
que había parado la tarde para las tareas domésticas mientras su amor se
había sumergido en la galería como otro día cualquiera, sintió un murmullo
que llegó hasta el umbral de su puerta; algo espantoso había ocurrido en lo
abisal. Desprendimientos de esquitos, mineral y rocas asomaban a la puerta de
algún pozo. La tarde languidecía, la camilla era portada por dos hombres que,
entre lágrimas, llegaban prestos al hospital minero.
La noche partía entre
sollozos y bramidos. Otro minero más. Su minero.
Permaneció con una
mueca inerte; su mente traicionera la había trasladado a otros tiempos que
erizaban el vello. Una minera más, perdida en el horizonte, buscando
respuestas caducadas. Otra viuda del mineral.
© P.Ch.C.
Laboreos
de desmonte en Filón Norte. Tharsis. Alosno. Huelva. Fotografía: Archivo
Personal de S.G. Checkland. Glasgow (Escocia) © Propiedad de A Cielo
Abierto. Patrimonio, Turismo y Desarrollo.
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