Francisco de Goya
y la
Duquesa de Alba
en
“Volaverunt”
en
Doñana
Volar las marismas del Guadiamar y del Guadalquivir de punta a punta y de
lado a lado, es el oficio de Héctor Garrido, Chiqui, para los amigos. Lo heredó
de Luis García y entre ambos suman ya casi 40 años de vuelos mensuales censando
aves para la Estación Biológica de Doñana del CSIC. Al sobrevolar Doñana se ven
formaciones extrañas que habría que estudiar, dijo Tono Valverde, fundador de
la EBD, antes de morir en 2003. Se refería a los rastros de Tartessos que
Schulten intuía en la desembocadura del Guadalquivir. Allí donde Hércules
superó su décima prueba quitándole bueyes a Gerión. El arqueólogo de la
Universidad de Hartford, Richard Freund, creyó ver en imágenes de la marisma,
hechas desde satélite en 2003, los círculos concéntricos que cita Platón de la
Atlántida. National Geographic se interesó por el tema e hizo un documental.(Desde el cielo Doñana desvela viejos secretos. ¿Por qué Goya quiso que la de
Alba también la sobrevolara? Volaverunt –volaron, en latín– es el nombre
dado por Héctor Garrido a la exposición que inaugura el 5 de julio de 2013 en la
galería de arte 100 Kubik de Colonia, Alemania. En ella
muestra composiciones artísticas, que arranca a la naturaleza desde las
alturas.
Las fotos aéreas de Doñana, captadas por este naturalista reconvertido
a pintor, que usa la cámara como pincel, son obras de arte hechas a base de
instantes, luces, colores y formas fractales que desvelan códigos cifrados que
sólo un ojo de artista capta y el de Chiqui es capaz de hacerlo desde la
avioneta, mientras cuenta los pájaros.Volaverunt, denominó Goya a su enigmático
dibujo de la duquesa de Alba trasladada a volandas por el aire, poco después de
haberla pintado escribiendo con el dedo en la arena de las dunas móviles de
Doñana la frase de “sólo Goya”, y de maja desnuda –Chiqui, que tiene mente
científica, dice es un mito falso, pero sería la bomba que así hubiera sido– en
una habitación del Palacio de Doñana, en el que pernoctaron buscando arte en la
vida salvaje y vida salvaje en el arte.
Dice la WEB del Museo del Prado que el
vocablo latino “posee varios significados, ya que además de su traducción literal
de volaron, existe una acepción referida a la pérdida de algo. En
Aragón, tierra natal de Goya, se dice ¡Volaverunt quiteria! para
enfatizar la falta de aquello que se tenía. Perder el afecto, en palabras de un
antiguo amante (…): «¿Qué fue de su pasión? Acabó. ¿Y de vuestro cariño? Volaverunt».
Chiqui tiene como avatar en Facebook un ojo de la marisma. Uno de esos que
forman las arenas movedizas del Coto, y cuya foto aérea no se sabe si usa
porque estuvo a punto de ser tragado por uno de ellos con caballo y todo, o
porque simboliza todo lo que puede ver un ojo cuando quiere y puede porque se
eleva por encima del común de los mortales. Doñana desboca la senbilidad
artística y vista desde el aire más. Así, con las fotos que empezó a hacer para
contar grupos de flamencos y otras aves, Chiqui descubrió los fractales y las
formas mágicas de la naturaleza viva vista desde el aire. El arte se ha metido
en sus venas y, tal vez por ello, el nombre de su exposición viene de que
habita desde hace décadas en el mismo caserón donde “un Goya cincuentón vino a
caer por Doñana invitado por Cayetana…”
© Benigno Varillas
El artículo completo en:
http://www.altotero.com/2013/06/las-vistas-de-goya-y-de-la-duquesa-de-alba-cuando-volaverunt-donana/#.UcmUefdfKgB.facebook
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